2.3

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Presente.

-Hola- dice Lucas por fin cuando logra sentir su cuerpo de vuelta.

-Hola- responde Tyler con la misma voz baja que él.

-Um, ¿Tyler? -repite Ángel por segunda vez, con voz tímida.

- ¿Qué? -el defensivo por fin desvía la mirada lejos de Navarro y posa sus aturdidos ojos en su hermano menor.

-Las...em...las bebidas- explica señalando la entrada donde acaba de llega el repartidor.

-Ah, si. Sí, claro. Sí, por supuesto.

Rivera no dice nada más y se aleja de ellos con pasos demasiado rápidos. Allison, poco interesada en la escena se desapareció hace unos segundos dejando a Ángel como único testigo de la tensión entre ambos. Lucas siente que podría desmayarse en cualquier momento, todo su cuerpo se ha convertido en gelatina y las rodillas le tiemblan. Ángel lo deja solo después de disculparse y se apresura a ayudar a Tyler con los nuevos refrescos.

-Diablos, eso...eso fue muy intenso- dice Samuel cuando llega hasta él y lo sujeta del brazo ayudándolo a caminar hacia el muro contrario, lejos de la gente- por un momento pensé que se besarían.

El mariscal no sabe qué responder porque el corazón aún le martillea contra el pecho y lo único que puede escuchar son sus latidos resonando en sus tímpanos. Rivera luce mucho más atractivo en persona, incluso mucho más de lo que él lo recordaba. Y Lucas no se quiere mover. O, mejor dicho, no puede moverse. La ansiedad ha ocupado todo su cuerpo entumiendo sus extremidades, está congelado, como una estatua que adorna ese elegante jardín.

- ¿Lu? -Sam lo toma de los hombros, estudiando su rostro- ¿Estás bien?

-Creo que venir fue un terrible error- dice en voz baja.

-Parece que sí. ¿Veinte minutos y nos vamos? -Lucas asiente con muchas ganas ante eso.

Los veinte minutos se escurren de manera muy lenta entre las manecillas del reloj porque cada vez que Navarro mira la hora, solo han pasado un par de minutos y las ganas de querer salir corriendo empeoran sin parar. Es que no sabe en qué estaba pensando. Ver a Tyler ahí es mucho peor de lo que creyó. Verlo ahí es recordar todo entre ellos, es darse cuenta de por qué se fijó en él, es escuchar sus propias palabras en su cabeza una y otra vez sin parar.

Y esa última pelea es como una película que se reproduce en sus pensamientos. La sensación de estar cometiendo un error que lo abordó mientras esperaba en la estación de trenes donde había comprado el primer boleto a cualquier lugar que lo llevara lejos. Ese impulso que reprimió de volver a casa arrepintiéndose de lo que había dicho. Porque tal como dijo Jason, él no había sido solo una víctima. Le habían arrebatado todo, sí, pero él lo permitió. Y su relación derrumbándose no había sido solo culpa de Tyler, como él lo pensó en ese momento.

-Veinte minutos- dice Lucas por fin señalando el reloj. Sam ahoga una risa en el vaso de refresco que tiene sobre los labios y asiente.

- ¿Vas a despedirte de la pequeña?

-No, me suplicará que me quede. Solo iré al baño y nos vamos.

-Bien.

El mariscal tenía excelente memoria para recordar sus errores. Es que a su cerebro le parecía una idea excelente enumerarlos uno tras otro cada noche antes de dormir. Como aquella vez cuando tenía diecinueve y quiso ser amable con el señor de la tienda a donde siempre iba, despidiéndose diciendo que por favor enviara un saludo a su esposa de su parte. Algo amable si no fuera porque la esposa del hombre acababa de fallecer. Si tan solo Lucas hubiera visto la enorme pancarta que adornaba el muro diciendo la noticia, se habría ahorrado ese bochornoso momento.

Tiempo FueraTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang