Tiempo Fuera

Cuarta Parte

Es sorprendente la forma en que la vida puede acomodarse en su lugar sin que nosotros podamos darnos cuenta. En un momento las cosas son de una forma y todo parece tan torcido que podría ser imposible encontrar una solución. Pero en algún momento, todo se acomoda de nuevo, los hilos se desenredan y de pronto las cosas fluyen, la vida, los momentos. No es perfecto, pero pareciera serlo por un momento.
La vida de Rivera se siente diferente. Las prácticas son las mismas, con sus amigos diciendo estupideces, con el entrenador exigiendo tanta perfección como antes. La temporada está a punto de iniciar y Tyler recién se incorpora de vuelta a los entrenamientos después de su recuperación. No puede exigirse de más y por primera vez, todos dicen que debe llevárselo despacio si no quiere lesionarse de por vida. Nadie ha dejado pasar el hecho de que esa herida fue por proteger a Lucas y la mayoría aprovecha eso para hacerle algún cometario de burla, en especial después de que se esparció el rumor de cómo el mariscal lo sacó del lugar arriesgando su vida y "manejando como un loco" según las palabras de Bosh.
Sí, es que lo de ellos es amor de verdad, un amor sincero y duradero, aunque el defensivo no pueda decirlo en voz alta. La mayor parte de tiempo se limita a ignorarlos, responder con algún comentario sarcástico o solo sonreír y levantar los hombros. No le molesta mantenerlo en secreto, sabe que ninguno de los dos está listo aún para poner su relación debajo de las miradas de todos. Están comenzando a construir algo, todo es frágil e inestable y no está dispuesto a perder a Lucas por el público que parece hambriento por cualquier cosa que pueda sangrar.
No, Tyler está bien con cómo todo está saliendo hasta el momento. Ángel está mejor ahora, aunque el accidente parece haberlo afectado más emocionalmente, pero está lidiando con todo porque nunca ha existido alguien más fuerte que él. Allison aún lidia con la idea de que su padre es un bastardo, en palabras de Tyler, y que nunca jamás se acercará a su familia de nuevo. El defensivo se aseguró de eso al presentar una demanda contra el señor Rivera a quien ahora buscan por robo.
Y Lucas, bueno, Lucas ha vuelto a su vida. No entiende que estaba pensando antes, al creer que podría solo seguir adelante sin él, que podría estar cerca sin caer en sus encantos, en la forma en que se ríe o se sonroja. ¿Cómo podría vivir si Lucas no lo besara? Es simplemente imposible y lo sabe ahora, porque cada vez que Lucas lo besa, es como un si tocara el mismo cielo.
Sí, la vida es buena. Tan simple como eso.

-Rivera, muévete. ¿Vas a quedarte ahí todo el día? -Charlie golpea el vidrio de la ventana con los nudillos dos veces, sacándolo de sus pensamientos.

-Eres un maldito impaciente- responde el defensivo cuando sale del auto.

-Como si no te murieras por ver a Lucas.

-No, no me muero por hacerlo- miente, aunque vio al mariscal hace unos días, en su departamento.

Los dos esperan a que Luke termine de revisar el motor del auto y se encaminan hacia el salón indicado. Ese día la liga tiene un evento de beneficencia en donde los jugadores de la NFL van a servir comida para las personas de bajos recursos. Por supuesto que Lucas estará ahí, porque la liga seguirá haciéndolos que convivan, de forma más indirecta. Así que les dieron a elegir a quienes querían llevar. De más está decir quienes son los pobres diablos que ocuparán su sábado encerrados en un salón, fingiendo que no ven las cámaras que los fotografían, sonriendo sin importar nada.

El salón es grande, con mesas redondas tapadas bajo manteles oscuros, sillas de plástico y ventanas enormes a los costados. Al fondo hay una mesa larga donde colocarán los contenedores de comida para servirla a los invitados. Cuando ellos llegan, Mateo y Seth ya están acomodando las sillas mientras Samuel y Lucas vacían cajas de suministros y desechables. Charlie mira su reloj antes de preguntar.

- ¿La cita no era a las 10?

-Sí, lo era, pero ese maniático del tiempo nos obligó a llegar media hora antes- dice Seth señalando a Lucas.