Capítulo 1 | Medias impares

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Él sonido penetrante y agudo se escurría entre mis oídos de una forma casi imposible de detener, cada mañana era el mismo problema el cuál no se solucionaba con tan solo colocar la almohada sobre mi cabeza.

No me queda mas alternativa que levantarme de mi cama tan cálida y muy cómoda para enfrentar un día más, de una semana más, de un mes más, de un año más
¡si, que emoción!
Nótese mi ironía—.

Digamos que el entusiasmo no está muy incrustado en mi personalidad, por lo menos no es un aspecto sobresaliente de ella, odio la rutina y lo que es peor e irónico mí vida prácticamente gira entorno a ella. Y algo que sirve como la cereza del pastel es que hoy nada más y nada menos es él primer día de clases por lo tanto y con mucho dolor tengo que aceptar que falta mucho tiempo para regresar a las vacaciones, aunque técnicamente al ser mi último año de preparatoria no es que me quede mucho tiempo.


Con todo el esfuerzo que genera de mi parte intento llegar a la esquina inferior de mi cama donde me siento y espero que todo a mi alrededor deje de moverse y pueda diferenciar entre un mes y un día de la semana, me quedo mirando uno de mis viejos converse que estaba tirado justo al lado de la papelera como si estuviese cargando toda la información que usaré hoy, parezco más bien como un computador que tarda para conectarse —yo y mis comparaciones —.

Después de salir de aquel estilo de trance inducido por mi mismo levanto el rostro en dirección al gran espejo de forma vertical que reposa en la pared frente a mi cama, justo delante de mí. Ojeras poco marcadas ya se empiezan a reflejar productos de mis noches maratónicas en desvelos, sin duda seran el motivo de uno de los sermones de la abuela, el cansancio se refleja en mi rostro e incluso hasta en mis acciones ya que últimamente he estado lento en muchas de las cosas de mi día a día, cosa que mi abuela al parece sabe detectar.

¿Es que acaso me tiene vigilado?

La esperanza de sentirme mejor reposa en la idea de aquel baño matutino seguido de una enorme taza de café que siempre se transforma en la batería de mis días.

Creo que mí cuarto necesita algo de orden, en los últimos días lo he descuidado. Decido después de pensarlo tanto ponerme de pie pero un peculiar sonido acapara mí atención.

Al encender la pantalla de mí móvil anuncia la notificación de un mensaje.

Desbloqueo.

Hey tú! deja de ver
tu reflejo en él espejo
y empieza a arreglarte
que ya es tarde.

El mensaje que forma también parte de mi rutina matutina provoca que una sonrisa se dibuje en mi rostro.


¿Como éstas tan segura
que estoy admirando mí
magnífico reflejo?

Respondo siguiendo la secuencia de su juego.

Por lo que veo ya
terminaste de
admirarte y ahora tú
ego esta por la atmósfera.
Que ego tan
grande el que te gastas.

Vuelve a sacar otra sonrisa de mí.

Ya me conoces muy bien,
Roja.

Ella me conoce a la perfección, es la persona mas cercana que he tenido en mucho tiempo, de hecho, me atrevería a decir que es la única.

Ella sabe como soy en realidad, me conoces sin filtros siendo totalmente transparente, incluso detalles tan específicos e importantes de mi vida que no le contaría a cualquiera, además me comprende a la perfección y me ha ayudado mucho cuando "los indeseables" regresan y me hacen sentir la peor persona del mundo.

SUEÑOS: Un Mundo Desconocido (Mundo #1)[En Proceso]Where stories live. Discover now