Prólogo

125 13 6
                                    


Mis pies estaban enterrados en aquel lugar infértil y rocoso elevado a una altura algo considerable.

El frío genera que mi cuerpo se estremezca de una manera poco creíble, estaba muy oscuro y apenas se podía ver lo que había alrededor cuando las nubes que estaban en él cielo le daban paso total a la luna, la cuál estaba en su fase mas asombrosa dejandose ver por completo, altiva y reluciente como una enorme perla plateada.

Mis labios, los cuales están rasgados y quebrados por la sequedad que se expandía en ellos temblaban al mismo ritmo que todo mí cuerpo. Intente gritar pero no podía ya que ningún sonido salía de mí garganta, intentaba articular cualquier cosa, un susurro, un suspiro, nada salía de mí, solo podía estar ahí parado en la punta de aquel acantilado en él medio de la noche observando, mirando hacía el vacío. Varias lágrimas gruesas e indomables se deslizaron por mí rostro al ver el cuerpo sin vida de aquella persona al final de ese risco ¿Cómo ocurrió todo esto?

Si de alguna forma pudiera haber  sabido que todo esto saldría de esta manera me hubiera negado a venir o por lo menos hubiera peleado e insistido por no dejarme internar.

Una fuerte brisa provoca que mí piel se erice y algo en mi interior advierte que ahora sigo yo, el ha acabado con cada uno de los amigos que hice en este lugar y no se va a quedar tranquilo hasta acabar con todos nosotros, no se quedará tranquilo hasta poder lograr su cometido.

Tengo que hacer algo pero no se sí pueda ya que nunca he sido el más indicado para solucionar problemas de gran peso y más cuándo alguna vida está involucrada.

La luna se oculta de nuevo generando una oscuridad casi absoluta y provoca de manera instantánea que entrecierre los ojos para poder adaptar mi visión y observar el alrededor.

¡Puedo verlo!

La presencia de ese ser maligno es como una sensación que te presiona  incluso hasta el punto de no poder respirar, de sentir que tus pulmones colapsaran y que sin duda no podrás escapar. Sale de entre algunos árboles y arbustos que rodean él lugar. Ambos estamos muy aislados así que dudo que alguien escuche mis gritos por ayuda, a pesar de estar muy oscuro es muy fácil poder notarlo entre las sombras de la noche ya que irradia una luz por todo su entorno, una luz que me recuerda a ese lugar de donde esa criatura que lo controla en contra de su voluntad a podido escapar, un lugar que nosotros expusimos por completo.

Aunque quiero de manera desesperada poder escapar a estas alturas solo me queda enfrentar lo que está pasando justo delante de mis ojos ya que aunque por mucho tiempo todo esto fue ajeno a mí en este punto de mi historia estoy consciente de lo que soy capaz, pero debo tener cuidado de no caer en su juego.

Al frente de mí esta mí peor pesadilla convertida en realidad y detrás esta el vacío profundo y frío pero a pesar de eso una extraña sensación se apodera de mí, una sensación que va motivada por la esperanza de poder hacer algo y acabar con el de una vez por todas.

De manera decidida veo él reloj que llevo en mí muñeca, marcaba las
tres y veintinueve de la madrugada, ya casi es la hora, solo tengo que ganar tiempo para poder ejecutar el plan que de un momento se hizo paso en mi mente como si de una brillante idea se tratara.

Esa voz.

Su voz de ultratumba que ya conocía muy bien hace que me centré de nuevo en él.

—¿A qué le tienes miedo? —dijo intentando indagar en mí. Su voz tiene el mismo tono de maldad e indiferencia desde el primer día que lo escuche. —Solo quiero tu cuerpo para controlar, ¿No quieres salvar a tus amigos? Te prometo que si haces lo que te pido incluso todo estará muy bien por la mañana ¿Acaso no te apetece eso? Tu no pediste esto, déjame poder arrebatar de tí el peso que se te impuso sin tu autorización —dijo dando un par de pasos en mi dirección.

SUEÑOS: Un Mundo Desconocido (Mundo #1)[En Proceso]Where stories live. Discover now