Capítulo Dieciséis: Tercer Día

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Rubí intentaba no perder la paciencia.

Pero le resultaba difícil no hacerlo, había llegado el tercer día, el cual era el último. Sentía que no había encontrado la suficiente información, considerando que ni siquiera recordaba. Ahora mismo se encontraba buscando un poco de información en la computadora de Damián, había encontrado algunos artículos sobre la desaparición de aquella mujer.

Pero todos decían lo mismo:

Reportada como desaparecida luego de haber salido de su casa a las ocho de la noche, los hijos no saben nada ni tampoco el señor Afton. Los vecinos del vecindario afirman haberla visto entrar a un coche, fue la última que se le vio” leyó, mordió sus uñas mientras lo hacía.

Sus ojos se quedaron fijos en aquella foto, habían subido al coche.

Era el mismo que vio en el garaje.

—Damián... —lo llamó, le tocó la cara con la punta dedo intentando despertarlo. —¡Damián, despierta!

El hombre se despertó bruscamente, mirándola con ojos pequeños y llenos de sueño.

—Cinco minutos más —suplicó, Rubí vaciló, dándolea computadora. Él la miró. —¿Qué es esto?

—Dice la última vez que fue vista, fue en ese coche—señaló, Damián se acarició el mentón. —Yo... Lo vi en el garaje.

—Creo que Henry Emily tiene muchas explicaciones que dar—comentó él, Rubí miró hacia otro lado.

—Pero no las va a dar, ¡no recuerdo nada! ¡Las horas pasan y el día va a acabar!—gritó, intentó no sollozar, pero no pudo evitarlo.

—Hey... Tranquila, estoy seguro que al final del día podrás tener una pizca de algún recuerdo—mencionó, apoyó con incomodidad su mano sobre el hombro de la pelirroja, ella alzó sus ojos esmeraldas hacia los suyos.

—¿Una pizca?

—Con eso bastará para que no te pongan remanente—indicó, Rubí apretó sus nudillos. —Luego de apoco podrás recuperar el resto de la memoria.

—Me da miedo... Recordar—dijo ella, Damián bajó su mirada al suelo.

Eran las doce de la mañana, Damián estaba conduciendo hacia un paradero desconocido para Rubí, pero dejó de serlo cuando notó a la casa con antigüedad. Se reflejó en sus ojos cierto lugar, teniendo un escalofrío repentino por mirarla.

—Ve... Te espero aquí—comunicó Damián, ella asintió, su mano abrió la puerta del coche.

Rubí caminó hacia la puerta, la cual solamente se abrió con darle un pequeño empujón. Ella frunció su ceño, ¿la habían dejado abierta cuándo vinieron con Vincent? Con precaución caminó hacia adentro, mirando con atención a su alrededor.

Sus dedos rozaron con los libros llenos de polvo una vez que llegó a la sala de estar, notó varios retratos sobre las paredes, ella se quedó viendo su rostro.

Eran idénticas, probablemente la foto fue sacada cuando aquella Rubí era joven. La pelirroja pasó su mirada hacia los demás, notando un bebé en los brazos de un niño.

Ella sonrió con ternura, su corazón latió con fuerzas cuando escuchó un sonido de arriba.

Del susto intentó retroceder, pero al hacerlo golpeó la mochila contra la punta afilada de la mesa, rompiendo algo dentro. Ella se agachó, abriendo la mochila y notando como los frascos morados estaban rotos.

Rubí entrecerró sus ojos, el líquido morado desprendió un polvo extraño. Con tan sólo oler le dio una jaqueca horrible, la pelirroja se apartó, perdiendo casi el equilibrio.

Not mutual (Fan Fic Fnaf) Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon