Capítulo Ocho: Encontrarte

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Los cables chispeaban desde la oscuridad, dando un toque tétrico al ambiente. Ella se movió entre tantos cables, como si se tratase de una pluma. La siguieron imitando sus mismas posiciones, al final encontraron las luces del escenario. La pelirroja se volteó a mirarlos.

—¿Por qué paraste?—le preguntó Damián.

—No sé a dónde ir...

—Tú misma querías buscarla, ahora yo te doy la oportunidad—escupió, Rubí miró al suelo. —Guíame hacia ella.

—No conozco mucho el lugar, pero es enorme. Esto tardará mucho, por mientras podrías contarme un poco sobre por qué la buscabas—insinuó, con una sonrisa pícara. Damián la miró alzando sus cejas.

—... No te diré nada.

Gregory se asomó, parecía algo nervioso.

—¿Cómo esperas qué te ayudemos si no dices nada?—preguntó, Damián abrió sus ojos en grande.

Los tres se quedaron en silencio, cuando a su alrededor sonó una alarma, en conjunto con una luz roja apareciendo. Damián los puso detrás de su espalda a ambos, en modo de protección.

Rubí miró a la coneja blanca que aparecía, ella estaba hecha de tela y tenía una sonrisa de muerte.

—¿Quién es ella?—preguntó.

—Es Vanny—contestó Gregory. —Y no viene a darnos un saludo...

Rubí se quedó paralizada, una vez que la vio acercarse a ella. Apretó a su peluche, con temor. La coneja lo miró, el diamante que tenía el oso brilló.

Tienes algo que nos pertenece, ¡dámelo!—gritó la coneja, Rubí gritó de horror, cuando ella se lanzó sobre la pelirroja.

Espero lo peor, pero no fue así. Damián retenía a la coneja entre sus brazos, pero ella parecía estar a punto de zafarse.

—¡Corran!—advirtió, Rubí retrocedió.

Gregory tomó su mano, haciéndola correr. Rubí estaba paralizada, pero salió de ese trance empezando a correr hacia una puerta. Antes de pasar por el umbral, miró hacia atrás, viendo como Damián ya no podía seguir reteniendo a la coneja, la de tela lo derribó al suelo.

Los ojos esmeraldas de Rubí se cristalizaron con miedo, corrió junto con Gregory por el pasillo de luces.

Se encerraron en un armario de equipos de limpieza, en donde parecía que la coneja ya había pasado sin darse cuenta que estaban dentro. Rubí soltó un sollozo, se sentó en el suelo.

—Ya... Ya no la quiero encontrar—musitó, acariciando su mejilla.

Gregory le mostró algo que encontró, sus labios se abrieron con asombro. Tomó entre sus manos la peluca pelirroja.

—¿Fue un engaño?—soltó, el niño la miraba en silencio. —¿Ella realmente no está aquí?

Su mente empezó a darle muchos pensamientos, se quedó mirando la puerta fijamente, hasta que la voz de Gregory se hizo presente.

—Rubí, ¿puedo preguntarte algo?

Ella asintió.

—¿Segura qué no eres tú?—preguntó, Rubí lo miró de forma asustada. —Vincent la ha buscado noche y día, por todos lados, sin hacerlo en su propia casa.

—No... ¿Te estás oyendo?—exclamó riendo sin gracia, negó con su cabeza tratando de también hacerlo para sí misma. —Yo no puedo ser Mrs Afton.

—¿O sólo tienes miedo de serlo?—interrumpió, Rubí lo miró de golpe.

—No tiene sentido, ¿o sí?

Gregory se paseó por el lugar, pensativo.

—Damián, dijo que buscaba una pelirroja llamada Rubí, también nombró a un tal Emily...—exclamó, el niño contuvo una expresión de asombro.

Tomó el collar en sus manos. —¿Y si el hombre dejó el collar a propósito? Podría hacer referencia a tu nombre verdadero, Rubí. ¿Cómo se llamaba Mrs Afton?

—No lo sé...¿Dices que lo dejó para que me pusieran 'Rubí'?

—¡Exactamente!

Ella no estaba muy convencida, pero encontraba mucha lógica en todo.

—Nombró a un tal Emily—dijo de golpe, recordando.

Gregory le sostuvo la mirada. —Henry Emily, así se llama. —contestó, la pelirroja sintió escalofríos repentinos. —Era socio de William Afton, pero sucedió... Algo.

—William Afton—repitió su nombre, pensativa y lejana a la realidad.

—Freddy me contó unas cuantas cosas, pero no le gusta hablar sobre ello—dijo, apoyándose sobre la puerta.

—William Afton... —repitió de nuevo, el apellido era exactamente igual al de Mrs Afton, ¿qué conexión tendrían ambos?

—Espero que jamás se entere que fuimos a su casa—comentó, riéndose un poco. Rubí rozó su hombro. —Y revolvimos algunas cosas.

—¿Él está vivo?—replicó, Gregory hizo una expresión bastante incómoda, se le notaba como tal. —Podría ayudarnos.

—No sé si llamarlo vivo... Pero algo así, y dudo mucho que lo haga.

Ella no dijo más nada, mordió su labio intentando pensar en otra cosa. Abrió la puerta, ambos se asomaron a notar que el lugar estaba vacío de conejos.

Caminaron un poco, buscando al hombre. Ajenos a su presencia, creyeron que no estaba en buenas manos. Pero ahora buscar a dos personas no era muy comprensible, estuvieron caminando por un rato.

—Gregory, ¿de verdad crees que sea... Esa mujer?—se animó a preguntar, abrazando al peluche.

—Lo eres, Mrs Afton—respondió, riéndose. Las mejillas de Rubí se sintieron calientes, probablemente se habría sonrojado de vergüenza. —La otra vez dijiste que conocías quien había construido este lugar, ¿de verdad lo haces?

—¿En serio dije eso? Yo no sé quién lo hizo.

Gregory sonrió de costado. —No dudo que seas la mujer.

Ella desvío el tema. —Estaba preparando una fiesta sorpresa, para ti. Freddy me iba a ayudar, lamento que no se haya dado...

Gregory quiso saltar de felicidad, pero solamente guardó silencio y miró hacia el frente.

Se quedaron quietos una vez que un nuevo conejo apareció, pero este estaba hecho de tela. Apareció junto a la coneja. Damián no estaba para protegerlos, ni tampoco Glamrock Freddy, cosa que los puso aún más nerviosos.

Se fueron acercando, Rubí metió a Gregory detrás de ella.

El conejo se acercó primero, mirando su rostro con atención. Por un momento pareció retroceder, Rubí ya no sentía temor. ¿Si ella podría ser la tal Mrs Afton, por qué no comprobarlo?

—¡Sé quién eres!—le gritó, sintiendo las lágrimas caer por su rostro. ¿En serio sería Vincent?—Y sé quién soy.

Rubí presentía fuertemente la identidad del conejo, las pistas eran muy claras.

Estiró su mano libre hacia la cabeza del conejo, pero este de repente desapareció como si se tratase de un virus. Rubí miró a la coneja, quien empezó a correr lejos de ellos.

—Glitchtrap—comentó Gregory, ella se volteó a mirarlo. —Su nombre es Glitchtrap.

Gregory recibió de su Fazwatch una dirección de repente, ambos la miraron.

No estaba muy lejos.

Not mutual (Fan Fic Fnaf) Where stories live. Discover now