Capítulo Dieciocho: Enemigo

17 2 1
                                    

Los colores de las luces se reflejaron en su cuerpo, mientras esperaba que apagarán las llamas. Al fin y al cabo terminaron por deshacerse de ellas luego de unos largos minutos de espera. Las cosas estaban quemadas, entró a su habitación, notando que las cosas estaban intactas, solamente la sala de estar, la cocina y un poco la puerta habían sido quemadas.

Fue en ese momento que Rubí por fin pudo ver las cosas claramente mejor.

Tal vez Vincent era tan cobarde para decirle en persona lo que quería, quería que se fuera. Rubí miró su habitación, no recogió nada, solamente se marchó.

Todas esas cosas compradas por Vincent, ya no le eran de agrado a la pelirroja. Salió del departamento, intentaba no sollozar, cosa que logró al ponérselo como meta. Se cruzó de brazos mirando hacia el suelo, pensó a dónde podría irse.

Cuando alzó su mirada se topó con aquel hombre que conoció al instante, de dio al vuelta, intentando alejarse.

Cerró los ojos, frenando de golpe y sintiéndose un poco avergonzada.

—¿Tú eres la amiga de Charlie?—preguntó, ella se volteó, mirando a John.

—Ah... Así es—contestó, mordió su labio.

John parpadeó, sonreía con felicidad.

—Es perfecto, justamente necesitaba a alguien que me ayudara—insinuó, Rubí frunció su ceño. Jadeo cuando John tomó su mano y ambos empezaron a caminar. —¿Puedes creerlo? Creo que somos vecinos, ah, escuché sobre lo que le pasó a tu departamento. Lo siento.

—Ya no importa.

John la miró de reojo, pero no quiso comentar nada sobre el tema. —No he visto a Charlie desde ese día, cuando me pidió el favor, tampoco responde mis mensajes. En serio me preocupa, ¡estoy seguro que se siente mal!

—¿Mal?—repitió Rubí, desconcertada. —No creo que se sienta mal... Sino... Debe de ser otra cosa.

—Seguramente hubo una falla en su cuerpo—comentó, Rubí abrió sus ojos en grande.

¿Qué era Charlie?

—En fin, quería pedirte un favor—replicó, ambos salieron del edificio, Rubí entrecerró sus ojos. El sol no dejó que ella viera el rostro del hombre, pero no le impidió ver las llaves en sus manos. —Necesito que me ayudes a comprarle un regalo.

John le ofreció entrar al coche, la pelirroja algo dudosa entró, se miró a sí misma. Esperaba que él no sospechara que estuviera en pijama, ella le sonrió.

—De seguro sabes que se viene su cumpleaños—comentó, Rubí puso los ojos en blanco. —Todos los años le regalo lo mismo, una taza con mi nombre. Y cuando Henry me mencionó la colección que había tirada en el sótano, me puse a pensar en hacer otra cosa distinta.

—Efectivamente lo tienes que hacer—soltó Rubí, él parpadeó.

—¿Pero qué le regalo?

Rubí se quedó pensando en muchas cosas, no conocía mucho a Charlie, como para saber sus gustos y disgustos.

—¿Peluches?—soltó él, Rubí hizo una mueca. —¿Flores?

—¿Por qué no pruebas con una carta?—sugirió. John encendió el coche, la pelirroja se le quedó viendo.

Condujo hacia el restaurante, el cual estaba cerrado. Rubí se sentía incómoda de estar aquí, sin embargo, se le hacía una gran oportunidad para hablar con Gregory, y contarle lo que había pasado.

John sacó un papel y lo apoyó en el volante, para luego sacar un lápiz y morder su punta.

—¿Qué le puedo decir?—preguntó, la pelirroja suspiró.

Not mutual (Fan Fic Fnaf) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora