Capítulo Siete: Entre paredes

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Lo miraba desde la esquina, abrazando su cuerpo con sus propios brazos. Se lamentaba haberse metido en aquel problema, ¿encontrar a alguien qué no conoce? Tal vez iba a ser difícil, pero si contaba con las pistas de su hermano podría lograrlo. Se deslizó hacia la esquina, escuchando el zumbido de los cables en el techo.

—¿Y bien?—preguntó el hombre, ella miró el suelo. —¿Por dónde empezarás?

—Por tu nombre, lo quiero saber—señaló, vio como tensaba su mandíbula. —No creo que le haga daño a alguien saberlo.

—Es... Damián—titubeó, Rubí mordió su labio con felicidad. —Pero llámame Ian.

—¿Lo ves? ¡No era tan difícil después de todo!—celebró ella mientras sonreía, Damián le regaló una expresión aburrida.

Él se movió bruscamente, cuando el celular de la pelirroja sonó. Ella miró la llamada entrante, viendo que Vincent le estaba marcando. Miró a Damián, quien le hizo señales de que no contestara, Rubí cortó.

Suspiró, viendo como de nuevo la llamaba. Su corazón latió con fuerza, Damián tomó el celular de sus manos, apagando el aparato.

—No creo que hacer eso... Sea lo mejor—indicó, él se encogió de hombros. —¿Qué tal si llama la policía?

Sus palabras hicieron reír a Damián.

—¿Acaso no sabes lo qué hace tu amiguito?—le reprochó en la cara, ella abrió sus labios con preocupación. —Ah, y es mejor deshacernos de ese celular.

—Lo necesito, puedo reunir con él la información para buscarla... —susurró, Damián miró hacia otro costado.

—Todas las respuestas están aquí dentro, no hay nada allá afuera para buscar, ese es el error de Vincent—dijo, moviéndose hacia la puerta. —Está buscando fuera de las paredes.

Rubí lo miró con pequeños destellos de esperanza. —¿Eso significa que yo puedo encontrarla?

Damián la miró en silencio, para luego asentir con dudas. Dejó el celular en el suelo y sacó una linterna de quién sabe dónde y la encendió para luego iluminar el pasillo a oscuras. Rubí se puso en su costado, sintiendo la suave brisa en su rostro.

Apretó a su peluche en su brazo, respiró profundamente y soltó el aire. Estaba lista para cruzar el umbral.

—¿Me ayudarás?—le preguntó al hombre, él la miró de reojo.

—Sólo voy a cuidarte.

Pasaron por el pasillo a oscuras, la luz alumbró el camino dejando el resto a imaginación. Supuestamente el restaurante ya había cerrado, cosa que extrañó a Rubí. Se preguntó en dónde estaría Gregory, posiblemente junto a Vincent, en el departamento.

Se escuchaban sonidos por todas partes, algunos eran de los cables, otros parecían ser pisadas y los demás solamente sonidos. Hasta que ambos captaron una melodía suave provenir de una habitación.

Damián la alumbró, la pálida mano de Rubí abrió la puerta despacio. Dejándose ver un escenario escondido por telas, un suelo de felpa y paredes de dos colores, sus ojos miraron todo con atención.

Caminó hacia adentro con curiosidad, Damián la frenó de golpe.

—No te acerques demasiado, recuerda; confiar en este lugar es una mala elección—musitó, ella lo miró.

—Estoy confiando en ti—le insinuó, dejando en silencio al hombre.

Su mano se fue acercando al telón, de un movimiento lo arrancó del escenario. Echó su cuerpo hacia atrás, sujetada por Damián en el acto. Ambos pudieron ver como la caja música se paraba en seco, parecía esperarlos.

Not mutual (Fan Fic Fnaf) Where stories live. Discover now