Capítulo Tres: Sobrevivir

49 3 0
                                    


Las luces se encendían cada vez que alguien pisaba el pasillo, se escuchaban los cortos circuitos emitir fallos dentro de las paredes. Ambos corrían siendo perseguidos por alguien, ese alguien corría de manera sobrehumana. Se metieron a una oficina, cerrando la puerta con seguro.

—No sé cuánto más seguiremos así, llevamos tan solo dos días. ¡No he comido nada en horas, Rubí!—chilló el niño, se sentó una esquina.

La pelirroja golpeó su cabeza a la pared, sollozo allí por largo rato. Sus uñas se apretaron en la suave tela de su camiseta gris, Gregory la observó en silencio. Los habían pasado dos días enteros dentro de la pizzeria, el día era fácil; ambos podían recopilar comida y suministros. Mientras que en la noche todo empeoraba, solamente podían sobrevivir.

Rubí alzó sus ojos hacia la lámpara que colgaba del techo, sus ojos se nublaron impidiéndole seguir viendo con normalidad.

Su cuerpo empezó a sentirse extraño, como si estuviera hundida en el mar. Caminó un poco, se tambaleó cayendo al suelo de rodillas. La oficina daba vueltas y vueltas, ella quería dormirse en aquel instante.

¿Rubí, estás bien?—la voz de Gregory fue un eco ante sus oídos.

La joven intentó levantarse, pero nuevamente cayó al suelo. Gregory la sujetó con preocupación, sus ojos pequeños soltaron lágrimas. Una neblina morada los abrazó de repente, dejándolos sin escapatoria.

—Levántate, por favor... —suplicó Gregory, sujetando los brazos de Rubí, y llevándolos a su cuello.

Ella trató de levantarse, sus rodillas se movían como gelatina al hacerlo. Se escuchaban sonidos raros provenir del Fazwatch de Gregory, pudieron distinguir varios sonidos como si fueran palabras en fallas.

G-Greg-gory, s-soy yo, Freddy. N-no tengo mucho t-tiempo, l-les daré las coordenadas de l-la salida... Quisiera estar con ustedes—el aparato falló, dejando a ambos atónitos.

Las coordenadas llegaron, vieron que ellos estaban en el camino correcto. Salieron de la oficina respirando aire fresco, aquella neblina los había dejado algo mareados. La línea los llevaba hacia un área desconocida, siguieron el camino con éxito.

La puerta tenía pintado con un color neón sus letras; «salida». Rubí la abrió, la noche fría los recibió con velocidad. Ambos vieron al pasillo, con dos muros en cada costado, la única salida era la puerta que tenían en frente.

El cartel que tenía encima dejó en silencio a la joven, su logo era exactamente igual al de la pizzeria Circus Baby Pizza World. Estaba a punto de abrir la puerta, pero fue detenida ante el llamado de Gregory.

—Estamos afuera, podemos irnos. Solamente tenemos que saltar el muro—sugirió, los ojos de Rubí soltaron un líquido morado. —Es extraño... Las coordenadas dicen que tenemos que seguir, ¿eso significaría entrar?

Los ojos de Rubí se abrieron en grande, volteó su cuerpo hacia el niño.

—Tira el Fazwatch, Gregory. Ese no es Freddy—soltó, él la miró con ojos chicos.

Gregory escondió sus brazos detrás de su espalda, haciéndole creer que le hizo caso. Ambos entraron al lugar, las luces se encendieron.

Rubí chilló del susto ante la aparición de una pantalla parlante, tenía una etiqueta con la palabra: Mike, encima. Ella intentó teclear algo, pero la pantalla no la dejó. Los dos bajaban por elevador sin saber que estaban en uno, las puertas se abrieron.

Entraron a una oficina bastante desordenada, habían tres ventanas enormes, pero ante la vista de ambos no se veía nada más que oscuridad.

Gregory empezó a revisar algunas cámaras, tocando algunos botones. La pelirroja miraba las ventanas como si no estuvieran allí, sentía la sensación de haber estado dentro de una. Sus ojos parpadearon varias veces, llevó sus dedos a su frente con nervios.

—Encontré varias grabaciones de hace mucho tiempo—dijo Gregory, mostrándole una pantalla.

Rubí se acercó, mirando con atención. La pantalla no mostraba nada, solamente se escuchaban voces hablar.

Padre, soy yo, Michael—uno de los audios se reprodujo, el pecho de Rubí se apretó. —Voy a encontrarte, incluso si es lo último que haga.

Ella sollozo fuertemente, Gregory la miró con confusión.

De pronto, los audios se empezaron a reproducir por sí solos, como si alguien los estuviera manipulado. Las voces se entreveraron, hasta formar un solo audio.

Te encontraré, Mrs Afton. Sé que estás dentro de la pizzeria, esperando el momento perfecto para salir a la luz, ¿cuál es tu plan?—su voz sonaba con tantas fallas que hicieron marear al niño, Rubí inhaló. —Encontrarte es mi obsesión, y creeme, te encontraré.

El audio se cortó.








Not mutual (Fan Fic Fnaf) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora