Capítulo Trece: Conmoción

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Se sentía pesada, intentaba mover su cuerpo parecía dormido. De apoco sintió la articulación de sus dedos, para luego de sus párpados. Miró a su alrededor, confundida notó las paredes húmedas y las ventanas selladas por maderas. Se estremeció con tan solo mirar al lugar.

Se levantó tambaleante, mirando hacia la puerta que iluminaba la habitación pequeña. Miró hacia atrás, viendo como había estado en una cama anteriormente.

Se frotó la sien, recordando el ayer.

Recordaba haberse enfrentado con la verdad, una que desconocía a pesar de tener las pruebas. Su peluche le hizo mucha ausencia, al saber que Vincent se lo había robado le partió el alma.

Se arrodilló y sollozo en silencio, se sentía dolida, traicionada y confundida. Confundida más que todo. Nadie le daba las respuestas que necesitaba, ¿por qué sería ella aquella mujer? ¿Por qué? Rubí se apoyó sobre la pared, esperando que alguien viniera.

Limpió sus lágrimas, la imagen de Vincent apareció ante sus recuerdos.

«Quiero respuestas» pensó, llevó sus dedos a los labios temblorosos, alzó la mirada hacia la puerta.

Se levantó tambaleante, notó como la madera se movía hacia su dirección, alguien estaba entrando. Con apuro se arrastró hacia la cama, se metió y cerró sus ojos.

—¿Rubí?—preguntó alguien, ella abrió ambos ojos de golpe.

Se paró y corrió hacia a él, envolvió ambos brazos sobre su cuello con desesperación. Damián se quedó paralizado, no esperaba dicha acción por nada del mundo. Lentamente ella se separó.

—Lo lamento tanto, debí de habérmelo imaginado, me ataron y... Charlie me comentó sobre lo que hicieron, pero yo no podía salir del restaurante—mencionó, la pelirroja abrió sus labios.

—Los conocí a ambos—soltó, Damián miró hacia el suelo. —Y ellos también me han conocido.

—Aún puedo sacarte de aquí, llevarte lejos y...

—No.

Damián la miró en silencio, parecía que no esperaba su respuesta. Rubí suspiró.

—Estoy harta de no entender nada, estoy harta de huir y no poder enfrentar lo que sucede, es mi identidad—insinuó, Damián la miró a los ojos. —No quiero que nadie más venga y diga que me llevará lejos y me protegerá de algo que ni yo sé. Quiero respuestas.

El hombre la miraba con una expresión única en su rostro, una que Rubí jamás había visto en él.

—Yo... Te ayudaré—balbuceo, mirándola.

—Bien, si lo vas a hacer quiero que me digas por donde comenzar—comentó, él tomó su mano.

—Confía en mí—pidió, Rubí parpadeó varias veces.

Ella apretó el agarre, la hizo salir de la habitación húmeda, para cruzar un pasillo en silencio total. Él iba primero, cuidando de que no hubiera alguien.

Corrieron por un pasillo, Rubí notó que el agarre del hombre empezó a apretar su mano, ¿acaso tenía miedo?

—Me matarán por esto... —dijo, ella abrió sus ojos en grande, Rubí miró hacia la cámara que miraba él.

Al salir, la hizo subir a un coche azulado metálico. Ella lo miraba con atención, Damián lo encendió, comenzando a conducir por la ruta vieja.

—¿A dónde vamos? Esta ruta dejó de usarse hace mucho tiempo—exclamó la de ojos verdes, Damián frunció su ceño.

Not mutual (Fan Fic Fnaf) Where stories live. Discover now