C A P I T U L O 57

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 Volví :) 

No me odien.
 

MAXIM

 
 
 
Alexei me mira con confusión cuando me lanzo al sofá de forma despreocupada.
 
—¿Y a ti que te pasa? —me cuestiona viendo la botella de vodka en mi mano.
 
Doy un trago que me sabe amargo pero que aligera la presión en mi pecho.
 
—Lo di todo... —sonrío amargo. — Lo intenté y me mandaron a la mierda. —suelto una risa seca.
 
—¿Qué dices? Maxim, deja eso. —señala la botella.
 
Niego y doy otro sorbo.
 
—Tenemos que llamar al abogado. —murmuro.
 
Frunce el ceño, deja a un lado la computadora y se pone de pie llegando a mi lado.
 
—¿Por qué? ¿Qué pasó? —pregunta con preocupación.
 
—Te juro que intente... —balbuceo.
 
—Maxim.. —se queja y me arrebata el vodka. — Explícame. —exige.
 
—Es hora de preparar los papeles de divorcio. —creo decirle antes de caer en la inconciencia.
 
Lo último que veo es la confusión en su rostro.
 
****
 
Cuando me vuelvo a despertar, ya es de mañana. Ayer caí rendido después de todo el alcohol que bebí. 
 
Mientras me levanto, me doy una ducha y me pongo un traje, intento mantenerme frio, imperturbable. Pero como siempre es cuando se trata de Atenea, no puedo.

No sé que hizo esa maldita víbora pero se impregno en mi mente y no puedo, no quiero dejarla ir. La amo, mucho quizás, y me prometí a mi mismo que no la dejaría escapar de mi porque se reconocer lo bien que me hace, independiente de los problemas que hemos tenido. Se que a Alexei también la pasa lo mismo. Pero ya no se que más podemos hacer para volver a estar como antes, sin rencores o problemas.

Lo único que quiero es que pasemos este bache y podamos ser felices con el bebé que viene en camino.

A este punto, es imposible.

Ella dejó las cosas claras ayer. No siente nada, no le importamos, nos olvidó por completo.

Estaba dispuesto a dar todo de mi con tal de que nos perdone y que volvamos a ser los mismo de antes, pero ella una vez mas, me rechazó. No hay vuelta atrás y es hora de aceptarlo. 

Ya me humillé lo suficiente por ella. Me arrodillé y le rogué que nos diera otra oportunidad. Ella no quiso y lo respeto. Pero ahora de mi parte se acabó todo.

Creo que nunca imaginé el momento donde se pusiera un punto definitivo en nuestra relacion.   
 
Se lo que tengo. Soy un buen partido, soy millonario, tengo poder. Las mujeres me sobran, y aunque la amo a ella, si Atenea no quiere nada con nosotros, yo ya no puedo hacer nada.
 
Así que mientras termino de anudar mi corbata, escucho a mi abogado. Cuando lo llamé se sorprendió cuando de inmediato le dije que necesitaba su ayuda para concretar el divorcio. Es el abogado de la familia, por lo que sabe que tiene que dejar todos los casos de lado para atender este.
 
Cuando llego al comedor veo a Alexei con su rostro cabizbajo. Me siento al otro extremo mientras mi abogado me explica las clausuras que tenía nuestro contrato de matrimonio. Escucho todo con atención mientras bebo mi café con tranquilidad, aunque no pierdo de vista las expresiones de mi hermano.

Creo que Alexei es la única persona que yo se que nunca me dejaría o me daría la espalda. Confío plenamente en el, es mi hermano, mi sangre.

Desde niños hemos compartido todo: ropa, juguetes, habitaciones incluso, mujeres, dinero, etc. 

La idea de compartir a nuestra esposa nació cuando papá nos advirtió que iba siendo hora de comprometerse y sentar cabeza. Mi hermano es la única persona que yo se que no me traicionaría y por eso creo que hemos llegado a este punto de sentirnos rotos por la misma mujer.

Amor Entre Mafias |+18|Where stories live. Discover now