C A P I T U L O 33

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NARRADOR OMNISCIENTE

Todos están tensos y ansiosos por la llegada de ambas mujeres.

Habían visto todo a través de las cámaras y sabían que venían de regreso. Eso los puso aún mas tensos ya que no sabían en que condiciones estaría la pelirroja.

También quedaron impresionados al ver Atenea con la niña. Lo mas probable es que la traiga a casa. Pensó Marcus. Que estaba preocupado por el estado de su hija.

Si bien el sabía que ella tenia un buen entrenamiento y buena resistencia también sabía de su enfermedad y estaba pendiente de ese detalle.

Los hermanos Sokolov compartían miradas preocupados por su hermana y por Atenea. Sabían que ella tenía muy buen rendimiento pero la vieron luchar con mas de 30 hombres, sola, y aunque salió ilesa, debía estar agotada.

Si solo nos hubiera esperado. Pensó Maxim.

Atenea por el otro lado de la ciudad miraba por el espejo los asientos de atrás con preocupación, Abba tenía hematomas por todo su torso y no se diferenciaban las heridas ya que tenía toda la ropa cubierta de sangre y eso la alteró.

La niña a su lado iba dormida y eso la tranquilizaba, no creía poder lidiar con las preguntas que haría esa pequeña niña, ni su familia al llegar.

A cada minuto veía el reloj. Tenía las horas contadas para llegar y poner en la enfermería a su amiga y debía darse prisa.

Dos horas después estaba abriendo el portón con el control e ingresando la camioneta por gran puerta de metal donde daba paso a un sector de enfermería en la mansión.

La mansión estaba equipada para todo tipo de situaciones. Habían salas médicas y todo el equipo esencial y esa parte de la mansión se implementó ya que las anteriores generaciones que vivieron en esta mansión pensaban que era mucho mas rápido y fácil traer directamente al herido acá y no a un hospital donde harían demasiadas preguntas.

Antes de que pudiera hacer algo sintió como la puerta del lado del auto era abierta, sobresaltada se giró y vio ahí a los hermanos Sokolov con toda su familia.

Todos sonrieron en dirección a ella con agradecimiento plasmado en sus rostros cansados.

Maxim no se contuvo y la tomó de la cintura para bajarla de la enorme camioneta, una vez la tuvo abajo puso su mano en la nuca de ella y pegó su boca a la de ella con desesperación.

Lamía y mordía sus labios con la desesperación que había sentido al verla ahí sola, expuesta. Sus lenguas se entrelazaban y jugaban entre ellas. Atenea sintió sus emociones y por primera vez desde aquel día en donde se habían separado, se había sentido plena, pero eso no duró mucho.

Se obligó a separarse al escuchar la puerta de atrás ser abierta y una exclamación por parte de Dimitri.

—¡Mierda! ¡Abba!

Agitada Atenea se giró no sin antes darle una mirada a Maxim que también había quedado un poco atontado con el beso, ella se encontró con Abba en los brazos de Dimitri, esta estaba cada vez mas pálida. Y eso preocupó a la italiana.

Rápidamente reaccionó.

—Llévala a la sala 2, en el cuarto pasillo. ¡Rápido! —exclamó cuando lo vio dudar.

El dejo toda duda y salió casi corriendo en dirección a donde le había indicado.

—Ajax está en la parte de atrás. Llévenlo al sótano.— le indicó a los guardias que estaban en la entrada del área medica.

Ella les había informado a los guardias sobre la situación.

Estos asintieron y obedecieron mientras Atenea y todos los otros se dirigían hacía adentro de la mansión.

Amor Entre Mafias |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora