C A P I T U L O 50

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Narrador omnipresente

Todo estaba hecho.

Atenea miraba desde una esquina a todos bailar y beber. Todos felices. Nadie se daba cuenta de que ella, la novia, estaba más deprimida que todos.

Y lo peor es que no podía beber.

Aguantó todo el día las lágrimas de frustración y tristeza que le causaba toda esta situación. Tenía tantas ganas de gritarle al mundo que quería sangre, quería escapar de todos y todo.

Lo único que podía hacer era escapar de cada uno de los invitados, menos Carlo y Dimitri, claro. Abba había intentado acercarse a ella igual que su otro hermano, Vladimir, ninguno fue recibido.

—¿Estás segura de lo que harás desde ahora? —cuestionó Carlo a su lado mientras veía el rostro compungido de su amiga.

Ella lo pensó durante estos días. Irse no sonaba a una idea tan mala.

—Lo estoy. — asintió. — Es lo que necesito y lo que me hará bien. Estoy segura. — lo miró y le sonrió.

—Bueno, tú sabes que yo te apoyo en todas tus decisiones. —le dió un empujón con la cadera de forma juguetona.

Ella río suavemente recordando más travesuras que hacían.

—Claro que sí. Y lo aprecio mucho. —añadió.

—Sabes que eres como una hermanita para mí. —le dijo el mirándola de manera fraternal.

—Lo sé.

A lo lejos, Maxim y su hermano veían con atención cualquier interacción que tenía su, ahora esposa, con ese tal Carlo.

Que cómica era la situación.

Ellos no soportaban ver como Atenea se reía abiertamente con ese tipo, Carlo. Aunque sabían que probablemente solo eran amigos porque no veían ningún indicio de coqueteo, aun así, ellos no soportaban ver cómo le sonreía a él y no a ellos.

Eso los estaba desgarrando por dentro.

Días atrás eran ellos los que recibían las miradas llenas de amor y los besos, ahora lo único que reciben es silencio y malas miradas.

Y parecía que nadie se daba cuenta de que el trío estaba cada vez más separado. Pero por alguna razón Maxim tenía un mal presentimiento.

Algo malo iba a ocurrir.

—¿A dónde te llevarán de luna de miel? —cuestionó Dimitri cuando se acercó.

Ella rió con mucha gracia y lo miró brevemente.

—¿Quién dijo que habría luna de miel? —la sonrisa maliciosa que tenía hizo tensar a su hermano.

Lo dejó con la palabra en la boca y se fue a donde la llamaba su tío.

Dimitri la vio irse y sacudió la cabeza.

Era su hermana después de todo...

—¡Sobrina! Que hermosa estás, y este evento... —hizo una mueca de satisfacción. — Me encanta...

Ella sonrió y se quedó hablando con su tío alegremente. Pero mientras ella hacía eso, aquellos hombres la miraban intensamente.

Después de todo, ahora ella era Atenea Lombardi de Sokolov.

******

—¿Tienes preparado lo que te pedí? —cuestionó mientras ingresaba a la casa.

—Así es, señora. Como lo ordenó. —asintió Elliot.

Amor Entre Mafias |+18|Where stories live. Discover now