C A P I T U L O 22

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ATENEA.

Ya ha pasado una semana desde la "ruptura" con Alexei y Maxim.

No ha sido nada fuera de lo común. Volví a centrarme en el trabajo. Estuve moviéndome constantemente por Italia contactando a nuestros próximos aliados.

Me he enterado por los periodistas que están en una relación con unas chicas.

No las comparten, supuestamente son parejas personales. Eso por una parte me tranquiliza ya que cualquier relación que tengan no será importante, después de todo para ellos tiene que ser solo una mujer.

Honestamente no creo que a lo nuestro se le pueda llamar relación. No tuvimos citas. Ni cenas. Ni salidas. Todo fue mientras yo iba a su casa y todo terminaba en sexo.

Ahora yo me veo y pienso en lo estúpida que fui al darme cuenta de que solo eso fue, sexo. Me debí haber visto como una estúpida pensando en que ellos serían capaces de querer a alguien más.

No me conocían y ya me estaba creyendo todas sus palabras.

Después de todo fue para el bien de todos. Yo salí de una "relación" falsa. Y ellos se libraron de una persona que no los llena.

Ellos necesitan a alguien que de todo por ellos. Y yo no haría eso. No porque no los quiera si no porque si yo voy a darles algo de mí, espero recibir algo mínimo.

Me iba a arriesgar por unos chicos que ni siquiera confianza me dieron.

Papa se mostró un poco decepcionado y sorprendido cuando llegué. No entendí muy bien por qué se decepcionó de mi pero ya era normal en él. Yo no hacía nada bien según él.

Después de saludar se encerró en su despacho toda la tarde. Yo no estuve en la cena ya que tenía cosas que hacer.

Ahora estoy preparándome para ir a las bodegas a entregar unos cargamentos.

Una vez lista me dirijo donde esta Elliott. Aún no sabemos nada de las camionetas que nos seguían en Rusia, pero estoy segura de que no tardarán en atacare de nuevo.

Elliott abre la puerta de la camioneta. Le agradezco con la mirada y subo.

Él se sube en el asiento del piloto y arranca la camioneta.

{....}

Cuando llegamos, bajo y pongo de inmediato pongo mi rostro neutro.

Entro a la fábrica de drogas seguido de mis hombres.

Nosotros tenemos al menos 3 fábricas de drogas en Italia. Esta es la principal, en las otras dos se encargan de crearlas para luego enviarlas acá, que es donde yo vengo y reviso que esté todo en orden y así poder satisfacer al cliente.

Llego al cargamento y veo que todo esté en orden. Cuando voy a revisar llega uno de los socios, lo cual es curioso ya que él no tiene permitido entrar a las fábricas.

Él se ve sorprendido cuando me ve, yo solo lo miro con frialdad.

-Señorita Lombardi no sabía que está acá. -dice entre dientes.

Bernardo Bianco. Es el hijo de un socio antiguo que murió "accidentalmente". Mi papá lo mató por traición y al parecer su hijo anda por las mismas. Hace tiempo tengo ganas de meterle una bala, siempre está en contra de mis decisiones y por supuesto está en contra de que la próxima líder sea yo.

- ¿Por qué debería informarle sobre lo que hago o no? -pregunto con una ceja alzada.

-No es que deba, pero por lo general nunca viene a revisar los cargamentos. -se apresura a responder.

Amor Entre Mafias |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora