CA P I T U L O 30 Maratón 1/3

1.8K 91 7
                                    

ATENEA.

Habían pasado 4 días, era jueves y era el día de la entrevista.

Había estado ansiosa por esa maldita entrevista ya que quería sacarme ese tema de encima porque por las redes sociales, sobre todo Twitter, están atacando a Abba, insultándola.

El otro día la encontré llorando mientras veía Instagram, los comentarios sobre ella eran... espantosos. La tachaban de puta, caza fortunas y muchas cosas más, siempre supe que las redes sociales eran toxicas y nunca me importo, pero ahora se están metiendo con Abba y ella es muy débil, no soporta las atrocidades que se dicen de ella.

Por eso en este momento me encuentro con ella intentando distraerla ya que está muy nerviosa por las preguntas que me pueden hacer.

Aunque quiero reírme ya que se ve muy tierna nerviosa prefiero tranquilizarla para que no se altere de más.

Cuando mi padre se enteró y vio las noticias me dio un sermón del porte de la biblia, lo calme diciéndole que aclararía todo hoy.

Por eso estaba esperando a que llegaran porque si, la entrevista seria en mi casa, preferí darle un poco de familiaridad al ambiente haci que pedí explícitamente que los periodistas vinieran a la mansión. Mi padre estuvo de acuerdo y accedió.

Los chicos — o el escuadrón ruso como les dice Vladimir — quisieron quedarse detrás de cámaras, escuchando y viendo todo, pero sin salir en cámaras. Yo accedí ante su petición.

—¿Atenea? —la voz de Dimitri me saca de mi ensoñación y me quedo mirándolo fijamente a sus ojos.

Me causa una gran curiosidad que sus ojos son demasiado parecidos a los míos y aunque su voz destila un marcado acento ruso porque lo ha hablado desde que es un niño, también hay acento italiano.

Y aunque tiene le cabello rubio y ojos verdosos azulados, somo muy parecidos en cuanto a facciones del rostro. Yo tengo el cabello castaño pero mis ojos son muy peculiares.

Me espabilo al darme cuenta de que me quede embobada con sus ojos mientras el me miraba de igual forma.

—¿Qué? —pregunte al ver que todos me miraban.

—Te estábamos hablando hace rato y no reaccionabas. —responde Maxim con voz ronca.

Sacudo la cabeza dispersando los pensamientos y concentrándome.

—Estaba pesando, solo eso.

En ese momento entra Vladimir a la sala donde estábamos.

Saluda a los chicos y después me mira a mí.

—Hola, inútil. —lo saludo yo con mi rostro neutro.

—Hola, fea. —formula cruzándose de brazos.

—¿Fea? —rio cruzándome de brazos. —¿Es que tu no me has visto bien? Necesitas anteojos, amigo mío. —le recuerdo mirándolo con burla, aun sin sonreír.

—Oh, no. —niega. —Te aseguro que veo perfectamente bien, por ese mismo hecho puedo asegurarte de que eres completamente fea, sin dudarlo por un segundo.

—Déjame decirte que deberías ir al oculista, estas viendo muy mal.

—Si tú te niegas a aceptar lo que eres, no sería culpa de mi vista, sino solo de ti. — sonríe burlón.

—¿Tanta envidia me tiene que reflejas tus propias inseguridades en mí?. —le cuestiono con una media sonrisa.

—La última persona a la que podría tenerle una pisca de envidia es a ti.

Amor Entre Mafias |+18|Where stories live. Discover now