Amor Entre Mafias |+18|

C A P I T U L O 27

ATENEA

Mientras comienzo con mis movimientos comienzo a dejar en blanco mi mente, dejando que mi cuerpo entero se relaje y deje de pensar en lo que ha pasado en el comedor.

Pero cuando me concentro en la letra de la canción, recuerdos tormentosos viene a mí.

Desearía suprimir todos esos recuerdos y desecharlos.

Comenzando con los recuerdos de ese día.

Flashback.

Un 20 de agosto a las 06:34.

-Por favor mami, llévame.-le pedía esa niña de 12 años a su madre.

Rose Lombardi, una mujer ambiciosa y llena de odio salía de la escuela de su hija con ella de la mano.

-No podemos, hija, tenemos poco tiempo.-decía ella.

- ¿poco tiempo? ¿para qué, mami? -preguntaba esa tierna niña.

-No es nada, amor. Tenemos que ir a casa.

- ¡No! ¡Yo quiero patinar! - dice la niña recordando su petición.

-Atenea...-suelta un suspiro exasperado aquella madre.

Ella odiaba lo mimada que podía ser esa niña, solo exigía y exigía, su esposo como buen padre se lo complacía todo a su niña pequeña, sin darse cuenta de que su celosa esposa envidiaba su atención.

<-está bien, solo momento. - rendida ante la petición de la niña, accedió.

Se montaron en una camioneta que su esposo había enviado y partieron rumbo a la pista de patinaje.

La niña iba muy feliz pues le encantaba patinar y veía las competencias contemporáneas junto a su padre en casa. Aquella niña sabía que su padre trabajaba en algo malo, pero su padre le decía que era porque esas personas se lo merecían, y ella le creía, después de todo era su padre.

Su madre por alguna razón era seca y tosca, pero era otra personalidad cuando esta su padre. Ella no le daba mucha atención ya que solía amar a los dos por igual.

Cuando llegaron y entraron al establecimiento vieron a un montón de niñas con sus familias en la pista.

La niña sin darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor solo se colocó los patines y se adentró en la pista de hielo.

Buscaba con la mirada a su mejor amiga, Abigail. Una rubia de ojos castaños que también compartía la misma afición de Atenea con respecto al patinaje.

Cuando la ubico se acercó a ella sorprendiéndola por detrás.

- ¡Bu!

Abigail soltó un chillido asustado, volteando hacia atrás vio a su mejor amiga. Una castaña de ojos verdes.

- ¡Tonta! No me llegues así.

Atenea apenada bajo la cabeza levemente.

-Lo siento.

La rubia hizo una seña.

-No importa.

Ella levanta la cabeza y ve que los padres de la niña la estaban llamando.

- ¿Te tienes que ir? -pregunto un poco desilusionada.

-Si ¡Iré a ver a mi abuelo! -chillo con emoción.

Ella se alegró de su amiga, pues hace tiempo había estado un poco triste de que su abuelo estaba enfermo y sin posibilidad de verlo.

Después de despedirse, la niña se comenzó a deslizar por el hielo, comenzando una coreografía que había visto con su padre.