Amor Entre Mafias |+18|

C A P I T U L O 37 ABBA Y DIMITRI (especial)

ABBA (17 AÑOS) NOVIEMBRE

 

Retoqué por última vez mi cabello rojizo y sonreí al espejo.  

Me veía bonita.  

Con una sonrisa en mis labios salí de mi habitación y fui a la cocina donde estaba mí mamá y papá. Estaban hablando por lo bajo, pero ambos tenían una sonrisa pícara.  

Iugh, no quiero ni pensar en lo que estaban por hacer.  

—Holaaaa.—alargo la última letra sacándolos de su burbuja.  

Ellos rápidamente me miran, pero no se separan. 

—¿Dónde vas, hija? —sonrío ante el tono de voz de mi papá. Es un celoso de primera.  

—Voy al club. —respondo balanceándome hacía adelante.  

Se qué papá probablemente ponga condiciones, como llegar a una hora, no beber más de tres tragos, o usar protección. La última solo cuando está de buen humor. El sigue pensando que soy virgen y trata de proteger mi virtud.  

Si el supiera.  

—¿Ya sabes, ¿no? —me apunta con un dedo.  

—Querido...—mamá utiliza una voz melosa y baja el dedo de mi papá. — Deja que la niña disfrute sus vacaciones, pronto ya no tendrá tiempo para divertirse. —intenta convencerlo.  

Sabía a qué se refería mi mamá. En unos meses, en tres específicamente, entro a mi primer año de universidad. Estoy orgullosa de mí misma al decir que estudiaré diseño de modas, como mi mamá, y aparte mi familia me apoya en mi decisión.  

Papá desde que era pequeña dejó en claro que no tenía porqué involucrarme tanto en el negocio familiar, Maxim y Alexei ya se ocupaban de eso, y él siendo el papá protector que es, no quería que yo me manchara las manos con ese trabajo.  

Lo entendía, un poco en realidad, nunca me gustó ver sangre y esas cosas, prefería diseñar y confección telas. Mis hermanos, por otro lado, eran felices con sus obligaciones, ellos eligieron eso y se ven bastante conformes, excepto en la parte en la que dicen que buscan a "su mujer", una ridiculez si me preguntan.  

Mi papá me sonríe con orgullo y eso me hace espabilar, suelo perderme mucho en mi conciencia. Entonces lo miro esperando que me diga que hacer.  

—Está bien. —dice a regañadientes. — Pero no quiero que llegues ebria, Abba. —me advierte.  

Asiento con la cabeza como niña chiquita y le sonrío.  

—Si, papá, tranquilo. Aparte estarán los gemelos ahí. —me encojo de hombros tratando de no sonar ilusionada.  

Papá asiente complacido.  

—Llevaras a Nik.—me ordena.  

Nik es nuestro chofer personal, bueno, de toda la familia.  

—Si, papá. Bueno yo me voy, lo veré más tarde. Adiós. —beso la mejilla de ambos mientras sonrío. 

—Adiós, querida.  

—Adiós, Abi  

No mucho después estoy removiéndome ansiosa en el asiento de la camioneta que maneja Nik.  

Lo único que me reconforta es que estarán mis hermanos ahí, en cualquier emergencia.  

Alexei, Maxim y yo tenemos una buena relación, si se le puede decir así. Ellos son buenos hermanos mayores, sobre todo Maxim, él siempre está atento a cualquier cosa que nos suceda a mi o a Alexei. Maxim puede ser un poquito más distante conmigo, pero sé que se preocupa y está atento a si me llega a pasar algo.