C A P I T U L O 44

1.2K 69 20
                                    

ALEXEI

—¿Se puso a llorar? —le pregunto con incredulidad a Maxim cuando estamos solos.

Mi hermano suspira y asiente con pesar.

Después de cenar, ambos nos vinimos a la habitación que uso yo. Mi hermano me estaba diciendo que cuando yo me fui luego de hablar con Atenea, ella se puso a llorar.

Eso me genera un malestar en el pecho.

—¿Te dijo por qué?—cuestiono rascándome la nuca.

—Alexei...—suspira como si fuera difícil lo que va a decir. — Atenea tiene un problema con la decepción. Y ella en tus ojos vió la decepción cuando le estabas diciendo todas esas cosas.—me dice, haciendo que una bala de plomo se asiente en ni estómago.

—No era mi intensión...

—Lo sé, hermano. Pero ella vivió toda su vida recibiendo esas miradas del imbécil de Marcus.— dice con enfado. — y ahora recibirlas de nosotros, le duele. —concluye serio.

Tomo asiento en el sofá que da vista hacia afuera al jardín, entonces noto dos figuras en la piscina. Doy un respingo cuando noto quienes son.

—Maxim..—lo llamo. El me mira y yo le señalo la imagen.

—Bueno...—suspira viendo fijamente. — Al menos ya está todo bien con Abba.

—Realmente no entiendo que pasó con Abba. —admito. — Un día estaban de los más bien viendo una película y al otro día Atenea estaba enojada con ella. —digo mirándolo, para que el, como siempre, me resuelva mi confusión.

—Dimitri dijo que Abba fue de entrometida con Atenea y ella se molestó por eso. — dice sin mirarme.

Suspiro y cruzo mis manos detrás de mi nuca y me apoyo en el respaldo.

—Hay algo mas ¿cierto? —inquiero mirándolo.

El me mira rápidamente, sus ojos azules que asustan a muchos, a mí no me causan nada.

—¿Que dices? —aprieta la mandíbula.

—Vamos, Maxim, nos conocemos demasiado como para que me ocultes cosas. — resoplo. — dilo.

El suspira y me mira con cansancio.

—Dimitri dijo que Atenea estaba teniendo cambios repentinos de humor...— tuerce el gesto como si pensara algo, y luego sacude su cabeza. — Me preocupa.

Asiento pensando.

También noté que algunas veces tenía cambios bruscos de humor, lo retribuí a que estaba abrumada con trabajo.

No es secreto para nadie que Atenea es una adicta al trabajo. Puede pasar horas encerrada en su oficina y eso se debe al Marcus, que la presiona todos los días para que ella se mate trabajando.

Es algo casi imposible tener unos minutos con ella sin que su secretaria la esté llamando por trabajo.

Pero fuera de eso, no noto nada raro.

—A mí también, pero ambos sabemos cómo son esas cosas. Papá también tenía esa actitud cuando tenía mucho trabajo.—le digo suspirando.

Asiente no muy convencido. Lo noto en la manera que frunce el ceño fijando su mirada en cualquier otra parte menos en mí.

Maxim puede ser todo un hombre indescifrable para todos, pero para mí es un hombre totalmente transparente. Eso y que es mi hermano y lo conozco desde que somos niños.

—Maxim, ¿qué piensas? —cuestiono cuando no dice nada.

—Creo que puede estar embarazada. — suelta bruscamente, como si lo estuviera reteniendo.

Amor Entre Mafias |+18|Where stories live. Discover now