Amor Entre Mafias |+18|

C A P I T U L O 41

ATENEA

Cuando llego a la urbanización donde está la mansión Lombardi, noto una fila de camionetas, cosa que me parece raro, pero lo paso por alto y estaciono donde está mi garaje. Los escoltas también dejan las camionetas estacionadas.

Abro la puerta de la casa sorprendida de que todo está oscuro y apagado, pero apenas doy un paso dentro del salón las luces se encienden y veo a varios amigos de la universidad, a Abba, mis novios y mis hermanos.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS! —gritan todos incomodándome por toda esta atención.

Sonrío sorprendida por todas las personas en la casa, todos sonríen hacia mí y se ven contentos de verme. Reconozco a varios de la universidad y antiguos amigos. Les alcanzo a sonreír antes de ser aplastada por un abrazo de Abba.

—¡Atenea! —me chilla en mi oído. Hago una mueca.

—Abba...—murmuro aun sorprendida.

No me lo esperaba, sobre todo porque ayer, 1 de noviembre, fue mi cumpleaños, no hoy, pero seguro Abba preparo todo.

Suspiro y me alejo de ella chocando con su mirada iluminada y esperanzada. Le sonrío para no hacerla sentir mal.

—Muchas gracias por la fiesta, princesa Abi. —la llamo por el apodo que le puse cuando nos conocimos.

Su sonrisa aumenta y me siento bien por eso. No quiero ponerla triste.

—¡De nada! Fue un poco complicado localizar a todos tus amigos, pero nada que los contactos de mis hermanos no lograran. ¿Te gusta? —dice todo rápidamente.

Me cuesta escuchar porque justo en ese momento un DJ coloca música a todo volumen y todos empiezan a gritar.

Miro a Abba, y sigue esperando mi respuesta, incluso da pequeños brincos de emoción.

—¡Claro! —le digo rápidamente. — Solo estoy... sorprendida.

Ella ríe contenta.

—No te preocupes...—me grita por encima de la música. — ¡Solo disfruta! —ella se aleja y cuando quiero darme cuenta estoy sola, en medio de una fiesta de cumpleaños.

Lo más irónico es que nadie presta atención y la mayoría solo bebe y baila.

Comienzo a repasar todo el salón y me voy a una esquina donde hay unas escaleras y subo los peldaños quedando arriba donde puedo ver todo el... desastre que hizo Abba.

Hay más de doscientas personas, de las que conozco con suerte a unos cincuenta, el DJ está en una plataforma, hay una barra en una esquina y el barman baila mientras sirve tragos. Una locura. Hay decoraciones negras y plateadas en el techo colgadas de las lámparas de oro. Y un gran "FELIZ CUMPLEAÑOS ATENEA" en la entrada.

Dios, en qué momento hizo todo esto Abba.

Unos brazos me arrinconan contra la barandilla y yo me tenso, pero me relajo al sentir su aroma.

—Feliz cumpleaños atrasado, amor.—Alexei besa mi lóbulo mientras me abraza por la cintura.

Suspiro y me recargo en su pecho buscando su calor.

—Gracias. —es lo único que digo.

El siente que algo va mal y toma mis brazos para voltearme hasta tenerme cara a cara. Evito su mirada.

—¿Qué pasa? —niego con la cabeza. — Dime que pasa, amor. ¿Te sientes incomoda?— asiento un poco y el suspira. — ¿Es mucho?

Si es demasiado, nunca...