Capítulo 43: Orgullo

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—Yo te amo como eres, todo lo que tu papá diga acerca de tu sexualidad… eso no es importante.

—Esto hace rato dejó de ser sobre mi sexualidad, eso es asunto mío y me importa una mierda si les gusta o no, no necesito tus palmaditas en la espalda.

Las pocas veces en la vida que he oído a Elai siendo grosero ha sido con su familia, ellos se lo merecen, no hay dudas, pero no deja de ser extraño para mí verlo actuar así.

Josefina baja la mirada y vuelve a contener el aire.

—Aquí está lo que me pediste —me dice con seriedad, sin siquiera levantar sus ojos hacia mí, mientras estira una memoria USB por sobre la mesa—. Espero que cumplas con tu parte.

Busco mi computadora en la mochila y la coloco sobre la mesa, antes que nada tengo que verificar que ella esté diciendo la verdad y sin rodeos hacer una copia por las dudas.

—¿Tú sabías sobre Alanna? —murmura Elai luego de un largo silencio.

—Sí.

—¿Por qué nunca me dijiste?

—¿Pretendías que trate a la hija de la amante de tu papá como si fuera tu hermanita y la invitara a merendar? —ironiza, pero de inmediato se retracta hablando de una forma más dulce—. Sé que la niña no tenía la culpa y tú tampoco, pero esa mujer siempre fue una oportunista y lo demostró en cuanto tuvo la oportunidad.

—¿Tú sabes lo que él le hizo a mi hermana?

—No sé que te habrá dicho, pero es mentira.

—No es mentira, me sorprende que luego de tanta mierda aún sigas creyendo en él —Elai está enojado, pero está luchando con todas sus fuerzas por no expresarlo demasiado.

—Tu padre podrá tener algunos negocios sucios, tal vez ser poco comprensivo contigo y extralimitarse a veces, pero no es un pedófilo, Elai, por favor.

—Sí, lo es, y tú lo apañaste toda la vida.

La verdad es que él tiene razón, e incluso me sabe un poco mal que vayamos a meterlo a la cárcel por evadir impuestos en lugar de por lo que le hizo a Alanna, pero es el juicio que tenemos más posibilidades de ganar y lo que importa es que cumpla una condena.

—¿Y qué pruebas tienes? ¿Qué pruebas tiene ella?

—No necesito pruebas, ella me lo dijo y yo le creo —afirma con certeza, estoy seguro de que está mordiendo la rabia en su interior, aunque por fuera solo está siendo frío.

En cuanto los archivos se cargan y compruebo que cumplió con lo que me prometió entregándome pruebas más que contundentes de las evasiones de impuestos multimillonarias que hace la empresa de Andrade, además de la malversación de fondos de sus fundaciones y otros varios delitos de los que no entiendo mucho pero el abogado me asesoró, cierro la computadora y tomo una respiración profunda, preparándome para el drama.

—Hijo, yo sé que te fallé como mamá, muchas veces, he sido un desastre y… haciendo esto solo estoy intentando que veas que ya entendí, jamás debí ponerme de su lado, mi único deber como tu mamá era protegerte y fallé en eso. Perdón…

—Lo siento, pero no tengo interés en reconstruir nada.

Elai me lanza una mirada extraña de "¿Por qué tengo que estar aguantando está conversación?", así que me decido a ponerle un punto final de una vez por todas.

—Estás enojado, lo entiendo, pero nuestra familia no tiene que estar destruída…

—Fue ella —le digo a Elai, interrumpiendo sus disculpas y rompiendo mi parte del acuerdo— ¿Recuerdas que tu padre me dijo que el gobierno actual fue quien ordenó el ataque? Tu tío, el papá de Andrés, lo hizo porque ella se lo pidió.

Nubes de tormenta [LCS #2]Where stories live. Discover now