Capítulo 41: Aventura

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—No me tardo —murmura, se pone de pie con prisa y camina a paso apresurado por el camino que va al juzgado del que acabamos de salir.

Observo al pequeño profundamente dormido, ajeno al mundo que lo rodea, su naricita está roja por el frío y considero que eso es básicamente cruel. Acomodo mejor sus mantas y me fijo que el gorrito le cubra bien las orejas.

Deberíamos estar en el auto, no me gusta pensar que él podría estar sintiendo el frío.

Pasa un minuto, dos, diez, quince, veinte, y de pronto comienzo a preocuparme.

¿Estará bien su mamá? ¿Por qué no ha regresado?

Busco mi teléfono para llamarla y decirle que mejor la esperamos en el auto, pero entonces noto que ella me ha enviado un mensaje hace varios minutos, y lo más preocupante de eso es que ya no veo su estado ni su foto.

Brenda

Lo siento, hay una carta en el bolso.

¿Lo siente? ¿Qué? No entiendo.

Pienso en buscar la carta, pero el frío de Luca me preocupa, así que mejor la leo en la comodidad del auto donde puede estar más calentito.

Tomo el bolso y lo cargo en mi hombro, mi mente se siente abrumada por la confusa situación, pero él se mantiene profundamente dormido a pesar del movimiento.

Abro la puerta trasera, recuesto al bebé primero y luego me siento a su lado para buscar la carta.

Hay un sobre en el bolsillo, es blanco, pequeño y tiene mi nombre delante. Obviamente lo tengo que leer, pero estoy nervioso y a mis manos les cuesta abrirlo y desdoblar el papel de dentro.

Una vez que lo logro, leo en contenido completo de una vez.

Leandro:

Estoy haciendo esto de la forma más cobarde en que una persona lo puede hacer, porque es una decisión tan egoísta que ni siquiera soy capaz de verte a los ojos mientras lo digo.

Tal vez sea útil que te ponga en contexto, aunque probablemente suene a que intento justificarme o quitarme responsabilidad, así que desde ya te aclaro que ese no es mi objetivo. Soy una mierda y lo sé, nada de lo que voy a decir intenta demostrar lo contrario.

Hace algunos meses, de forma repentina y sin que yo pudiera entender por qué, tu hermano se puso muy insistente con que quería un bebé. Yo jamás había planeado ser madre, y él y yo apenas llevábamos cuatro meses juntos, así que no hay un motivo realmente válido por el cual terminé accediendo, más que el simple hecho de querer complacerlo.

Fue una decisión estúpida, no tenía idea de lo que traer una vida al mundo significaba, solo creía que amaba a tu hermano y quería hacerlo feliz.

Cuando supe que él había matado a ese hombre un poco lo entendí: estaba desesperado por traer vida luego de haberla quitado, quería un bebé para llenar un vacío que no le correspondía, y yo fui tan estúpida como para prestarme a eso sin pararme a pensarlo dos minutos.

Entonces pasó todo lo que ya sabes, y de un momento a otro me vi a mí misma, sola, con el bebé de un asesino en la panza, cuando yo jamás había querido un bebé de nadie.

Sé que solo puedes pensar en lo ridículamente egoísta que soy, pero ese bebé necesita a alguien que lo ame incondicionalmente y por sobre todo, necesita a alguien que le dé una familia de verdad, y que lo vea con los ojos que Elai y tú lo ven, no con los míos, que no pueden dejar de sentir que fue un error que tendré que arrastrar para siempre.

Nubes de tormenta [LCS #2]Where stories live. Discover now