EXTRA IV

517 83 16
                                    

Un grito resonó por toda la extensión de la casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un grito resonó por toda la extensión de la casa.

—¡Wang Yibo!

El nombrado se encogió en su propio lugar mientras caminaba al punto en el que Xiao Zhan había gritado. Podía ver su vida pasando frente a sus ojos en cuanto lo miró, ignorando el hecho de lo tierno que se veía con su grandecito vientre. Se veía a sí mismo en una caja, no pudiendo poder conocer a su hijo, al que no le faltaba demasiado por llegar; y se sentía temeroso porque ya sabía la razón de ese amenazante llamado.

—Em, ¿Sí?

—Wang Yibo, ¿Qué demonios le hiciste a Ying Mi?

Fingir demencia parecía ser su mejor opción en ese momento. —¿Yo? ¿Hacerle? Nada.

Xiao Zhan se le acercó sólo un poco, extendiendo todo su brazo para dejar a la vista la pantalla de su celular, reflejándose en esta una foto. —No tienes excusa. HaiKuan me la envió cuando fue por ellos a la escuela. ¿Por qué no me hablaste para que la peinara?

Oh sí. Wang Yibo era un buen padre, pero su único defecto como tal era eso; no sabía peinar a Ying Mi a diferencia de Xiao Zhan. Pero claro, este no tomaba en cuenta que había hecho su "mayor esfuerzo" para no despertarlo de su profundo sueño por la mañana. Y no es necesario decir que el cabellito de Mi terminó siendo un desastre, pero ya era tarde, y sí no asistia a clase otra vez, el pelinegro si que les daría una buena regañada.

—No quería despertarte.

El menor exhaló en medio de una risa, rindiéndose cuando un casi imperceptible movimiento de su bebé hizo acto de presencia. - Ay, Yibo, tan tonto.— Dijo, dando unos cuantos pasos más una vez se decidió por dejarlo pasar.

—Ya lo sé.— Concordó para causa de sus dos risas. Estaban de pie uno frente al otro, simplemente mirándose mutuamente, como si eso pudiera decir todas sus palabras. —Ying Mi estará hasta la noche con YuNian.— Afirmó. — ¿Tú quieres...?

—Fuera, descarado.— Yibo sonrió grande, divertido, así que se apresuró a negar, cruzando sus brazos.

Él copió su acción, inclinando ligeramente la mirada para verlo bien, dado que Xiao la había desvíado tantito. —¿En verdad?

Volvió a verlo, haciendo gesto renuente. —No creas que me convencerás con tu sonrisa.— Formuló un mohín, simulando molestía. —No sonrías.

Y para cuando se dió cuenta, ahora era él quien estaba sonríendo en cuanto su carita estaba entre las manos de Wang,
apachurrando sus mejillas aún más por la pequeña presión que ejercía, además de sus abultados labios en una curva por lo mismo.

—Entonces, ¿Quieres acompañarme más tarde al hospital? Sabes, sólo será un método de distracción, no tengo ninguna cita ni operación programada para hoy.

—¿No habías dicho que no puedo salir tanto por estar casi en el último mes?

—Puedes hacerlo; después de todo, no caminaremos demasiado, sólo iremos ahí.

Hello, Little Happiness.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora