Xiao Zhan es un inseguro chef de comienzo que sólo busca una salida a la mala vida que lleva. Sin embargo, en esa búsqueda se encuentra con Wang Yibo, el chico con el cual aprenderá que el corazón puede volver a ser reparado para amar.
Wang Yibo es...
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—Entonces... ¿Ustedes dos aún no lo han hecho a pesar de estar por cumplir los siete meses de relación?
Xiao Zhan dió un último sorbo a su bebida, dejándola de lado para girar de un lado a otro su cabeza, negando a Dilraba. —No.— No sabía en que momento habían caído en ese tema, ni siquiera Dil Jie, sólo salió de repente.
Gong Jun murmuró algo inaudible para el otro par, antes de volver a soplar en el popote para hacer burbujas con su bebida. Su presencia ahí era tan extra pero necesaria a la vez que por eso lo dejaron quedarse. —¿No has pensado en hacerlo?
El hombre no había sido demasiado sincero con su disculpa en los meses atrás, aún después de eso quiso seguir siguiendo a Xiao Zhan, pero todos esos pensamientos se esfumaron en un lapso de tiempo considerable puesto que Wang ZiXuan de un momento a otro comenzó a ser de su atracción. Así que, con esto, a pesar de sus propias negaciones mentales, su interés de molestar a A-Zhan se fue disipando conforme pasaba más tiempo con su asistente.
Regresando a lo actual, el pelinegro se sonrojó por un pensamiento bochornoso que se le vino a la mente en ese momento. —No.— Dijo con sinceridad. Realmente no lo había pensado. —No sé si Yibo quiera estar conmigo. Él nunca me ha faltado.
Gong Jun apartó su vista de su celular, poniéndola sobre él. —Oye, sin indagar más allá. Si quieres hacerlo con él entonces sólo díselo. Eres lindo, Wang sería un tonto si no quisiera estar contigo.
—Estás tan demente; lo eres más de lo que ví en tantos años viviendo contigo. No voy a hacer eso. Él siempre me respeta, tampoco nos preocupamos demasiado por eso; no es algo que pensemos meramente necesario.
El empresario se olvidó por completo de su seriedad habitual, formando en su rostro un gesto de desaprobación fingida, en conjunto de negar con la cabeza. —Ustedes dos son tan anticuados.-
Dilraba se mofó, entrando a la conversación. —Cállate, rechazado.— Nuevamente, Xiao Zhan no se dió cuenta en que momento la femina y Gong Jun habían tomado confíanza que incluso se hechaban en cara lo que sucedía en su día a día.
De hecho, ni siquiera sabía como era que estaban enterados de lo que les sucedía.
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Wang ZhuoCheng respiraba con dificultad mientras caminaba al lugar de encuentro en donde HaiKuan lo había citado por la mañana. Pensaba que estaba volviéndose paranoíco, puesto que en cada lugar al que iba podía ver a hombres que conocía a la perfección como los empleados corruptos de su familia después de haber hablado con su madre meses antes.
No quería tener un ataque de pánico en la calle, pero no podía evitar ponerse nervioso por cada paso que daba, temiendo que en cualquiera de esos, a su vista apareciera uno de aquellos hombres.
Cerró los ojos brevemente, dando una inhalación profunda que al final logró cálmarlo con levencia. Acto seguido, entró a la plaza cívica, la cual lo hizo sonreír por la fuente que tenía en medio. Sin embargo, lo hizo más para cuando divisó a Liu HaiKuan de espaldas a un costado de esta haciendo alguna cosa, mientras que a los alrededores iban Wang Yibo, Xiao Zhan y Dilmurat corriendo.
