Hello, Little Happiness.

章节 十一

Xiao Zhan tenía en cuenta que algo malo le estaba sucediendo, y eso no era la limerencia en la que de pronto caía una vez que estaba cerca de Wang Yibo. No, no era eso, era que este último lo había estado malcriando desde su cirugía, ya casi dos meses.

El trabajo en el hospital como chef estaba resultándole más que eficiente, pues, tal como su Lao Wang le mencionó antes, la paga era más que buena. Además de que una vez acabado su hora, podía ir a la oficina del castaño pasar lo que restaba de su turno, y por consiguiente, una vez que este terminara, regresar juntos a casa.

Le gustaba su rutina, pero también había dos cosas por las que su mente se volvía un lío. Y esas eran que, por haber sido tan malcriado durante los últimos dos meses, su resistencia a las pocas horas de sueño y el hambre estaban diciéndole adiós.

Era bueno por una parte, puesto que había recuperado peso, ya le faltaba poco para estar bien completamente. Pero, Dios, ahora, por más que trate de dormir poco para hacer algo de ayuda en la casa, simplemente ya no resiste.

La otra cosa era que, por más que su vida actual le fascinara, sabía que pronto se terminaría, pues no podría quedarse a vivir permanentemente en la casa de Yibo. Por esto, ya tenía un departamento barato en la mira, pequeño pero cómodo, apto para él solo. Sólamente le faltaba un poco para completar el dinero de la primera renta y podría irse.

Un profundo bostezo salió de su boca, lo que lo hizo hacer un ademán gracioso con la mano mientras caminaba de un lado a otro por la sala de estar, leyendo alguna cosa sin ser realmente relevante, sólo hacia tiempo hasta que Wang terminara de hacer sus cosas para poder irse.

Mordió su labio con levencia, poniéndose de espaldas al área del baño, tratando de volverse a conectar al mundo real en cuanto escuchó la puerta de dicho cuarto se abriéndose. Hizo un mohín, apartando el libro de su vista, volteándo hacia atrás con el mismo gesto.

No pudo decir nada al momento en que a su frente, Wang Yibo estuviera ahí, vestido, por su puesto, pero aún estaba mojado, y la playera que tenía puesta no era para nada discreta, pues estaba empapada por el agua que aún tenía en el cuerpo, lo que hacía que esta se pegara a su abdomen y resaltara los músculos de esa área.

Sus labios estaban ligeramente abiertos, su vista estaba estática en el torso del médico, quien parecía no darse cuenta del rubor en su rostro, porque seguía sin hacer nada, secando su cabello.

Cuando percibió una risita por parte de Lao Wang, reaccionó, apartando la mirada rápidamente del cuerpo de este, porque ni siquiera lo había visto a la cara. No es necesario decir que ahora su vergüenza estaba más que presente.

Pareció escuchar que Wang Yibo le hacía un melifluo para llamarlo, pero que, al momento en que iba a voltearse otra vez, la puerta principal fue tocada, seguido de la voz de Dilraba llamando al castaño.

Xiao Zhan ladeó la cabeza con evidente confusión en cuanto Wang Yibo puso una expresión de exalto, como si no supiera que hacer. —Iré a...— No pudo terminar, el contrario de pronto lo tomó de la muñeca, jalándolo consigo hacia en interior del baño, cerrando la puerta también, rápido, pero tratando de hacer lo posible para no hacer ruido.