Xiao Zhan es un inseguro chef de comienzo que sólo busca una salida a la mala vida que lleva. Sin embargo, en esa búsqueda se encuentra con Wang Yibo, el chico con el cual aprenderá que el corazón puede volver a ser reparado para amar.
Wang Yibo es...
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—Ugh...— Se quejó por el frío gel que Wang Yibo aplicaba sobre su vientre. Porque sí, a pesar de sus refutos de que no le sucedía nada, su contrario prácticamente lo había obligado a ser revisado. Le hizo un éxamen de sangre, pero aún así lo estaba checando con la excusa de que la prueba tardaría más tiempo. —Está frío, Yibo. Sólo es un malestar, te lo aseguro.
Lao Wang lo ignoró, poniendo su vista sobre la pantalla a su costado mientras pasaba la máquinita por sobre la casi no visible abultez en el abdomen del pelinegro. Al cabo de unos minutos, puso el aparato en la mesa a su lado, pasándole a Xiao Zhan unas cuantas servilletas para limpiarse. Después, volvió a sentarse, fingiendo seriedad para ocultar su conmoción por su evaluo. —Hiperplasia estómacal avanzada, no era un simple malestar.
El rostro de Xiao Zhan se volvió un caos. —¿Es grave?— Ante la afirmación del castaño, soltó un melifluo angustiado, acunando sus propias mejillas entre sus manos. —Oh no, ¿Voy a morirme?— pudo escuchar una risa reprimida en el contrario, a lo que abrió la boca con reproche. —¡Wang Yibo! No era verdad ¿Cierto?
—Sólo estaba bromeando.
—... ¿Qué era entonces?
Wang Yibo negó lentamente con la cabeza, posando sus manos sobre las contrarias. Dejó de igual forma sacar a relucir una sonrisa conmocionada. —Apróximadamente nueve semanas, Xiao Xiao.
Xiao Zhan abrió los ojos de más, emitiendo un jadeo. Apretó las manos del otro, viéndolo con efusividad. —¿Estoy...?
Wang asintió con el mismo sentimiento que él, cosa que provocó que sus ojitos de repente se cristalizaran con una expresión indescifrable, haciéndolo preocuparse. —¿Qué pasa?-
—... No sé.
Pareció comprender, a lo que le sonrió nuevamente. —¿Quieres tenerlo?
El pelinegro se escándalizo, asintiendo rápidamente con la cabeza. —¡Sí quiero! Yo... sólo me sorprendí, pero sí quiero tenerlo.— De pronto, su lloriqueo se detuvo, dando paso a que sonríera, poniendo una de sus manos sobre su vientre. —Es un pedacito de ambos, ¿Por qué no abría de quererlo?
Lao Wang le devolvió todos los sentimientos, besando su frente con cariño a la par que se levantaba. —Ya pasaron las horas para tus resultados, iré por ellos. Aunque, bueno, ya sabemos cual es la respuesta— al ver la expresión inefable en la cara de su amado, se volvió para besarlo. Y una vez que se separaron, le acarició el cabello. —Quédate aquí, le diré a ZiYi que se encargue de mis demás citas. Ésta tarde quiero estar contigo.
—¿Eso no es ser descuidado con el trabajo?
Desde el marco de la puerta de la oficina, Wang Yibo hizo un sonido negativo. —No si estaré con mi chico.— Antes de que se ganara una exclamación del contrario, salió.
Ya estando afuera, no se pudo resistir a sonreír en grandeza, aumentando su ánimo. En sus planes nunca estuvo ser padre, su prioridad siempre fue su trabajo que incluso Dilraba le decía que quedaría soltero toda la vida si seguía absorto en eso, pero ahora que se ha confirmado la gestación de su XiaoXiao, no había vuelta atrás, estaba feliz. Quería tenerlo.
