Ivy Dean siempre ha sido una princesa con todas las letras y todo el significado de la palabra. Sin embargo tras la llegada de Isabella Swan al recíproco pueblito de Forks, la brillante reina de la secundaria parece ser la única que nota que suceden...
CUANDO PAUL DEJÓ DE ARRASTRARLA POR EL BOSQUE y después de cerciorarse de que estaban a salvo, miró a Ivy con algo de furia. Ni siquiera pudo recobrar la compostura o el aire, porque un momento después, el metamorfo la estampó contra un árbol y le apretó el cuello. Su espalda dolió y juró que la corteza del árbol se cuajó.
—¡¿Cómo sabías que eso iba a pasar?! —ladró con furia sobre su cara. Contuvo el aliento sintiendo la mano del lobo apretarla con cada vez más fuerza.
—¡No lo sé, lo juro! —chilló, con la voz fina presa del pánico—. ¡A veces solamente sé que esas cosas van a suceder, pero nada más!
—¿Y esperas que te crea eso?
—Paul, es suficiente —Embry Call puso una mano en su hombro. Jacob Black fue quien le sostuvo el brazo para que soltara a la joven. Ambos tenían cara de funeral, y la razón era obvia. Cuando Paul liberó a Ivy y esta jadeó adolorida, lo miró esperando una respuesta.
—Harry ha muerto —avisó Jacob, con algo de dolor en su voz. Paul apretó la mandíbula.
—Se los digo, hermanos, ella sabía —señaló a la rubia con asco, quién se encontraba aturdida y abrazada a sí misma junto al árbol—. Ella dijo "Harry Clearwater va a morir" y ahora está muerto. ¿Y si fue ella quién lo causó?
—No fui yo —insistió—. Yo no tuve nada que ver con esto. Yo solamente...
—¿Qué? ¿Eres una bruja, también? —se mofó Embry.
—No, a veces tengo un presentimiento y no me doy cuenta hasta que sucede. Y si hubiese tenido algo que ver con la muerte del señor Clearwater, ¿por qué te hubiese llevado hasta allí? —le preguntó a Paul, señalándolo—. Te digo, esto ya me ha sucedido. La mayoría de las veces, con Bella.
Y hablando de Bella... Ladeó la cabeza. No podía sucederle eso, no en ese momento. Decidió ignorarlo. Bella podía esperar.
Apretó los puños cuando el olor a la sal del mar y el sonido de las olas golpeando la costa se hicieron presentes. Eran tan vívidos... Y ninguno de los tres metamorfos parecía jactarse de ellos. De lo alto que se escuchaban, como tampoco parecían haberse jactado del corazón de Harry Clearwater bombeando tan alto como una sirena de policía.
—No está mintiendo —aseguró Jacob, y luego miró a Ivy como si le estuviera ofreciendo misericordia—. Bella me ha contado que la encontraste en el estudio de ballet cuando estuvo a punto de morir.
Sus mejillas se sonrojaron. Era genial que la conocieran por eso. Simplemente genial.
