Capítulo 22

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Papá llevó insistiendo en llevarme a la escuela toda la tarde de ayer, solo porque sabe que aquella fecha marcada en el calendario se aproxima. 

Y sí, en cualquier momento llegaremos a ese punto lector, prepara tu corazón. 

Durante el trayecto me paso con los auriculares puestos, papá no hace el intento de hablar y eso es mejor para mí. No quiero pelear con él, pero su interés fingido siempre me hace hacerlo, así que prefiero no hablar para que no termine en un castigo o regaño por su parte y en algo más grande con mamá. 

Sé que hace el esfuerzo, quizá es muy poco o quizá no lo veo totalmente, pero aunque no lo hiciera yo seguiría amándolo. Es lo que hace mi estúpido corazón, no puedo odiarlo por siempre mantenerse callado y al margen, ni siquiera puedo lograr odiar a mamá.

Las clases pasan demasiado lento, me paso ahogando las ganas de gritarles a los demás que cierren la boca y es que como ya en la mayoría de asignaturas entregamos los proyectos finales ya no les importa poner ni el mínimo de atención o conducta. La cabeza me duele cuando salgo de la última clase. 

Llego a mi casillero viendo a lo lejos a Caleb y Angie juntos, los recuerdos del baño pasan en mi mente y siguen doliendo, pero duele aún más ese sentimiento de no poder haber hecho nada, de que Crane no me creyó y de que por alguna razón tengo miedo de decírselo a alguien más.

Por lo menos recibió un golpe por parte de Samuel, pero merece mucho más que eso.

—Pecas —dice Samuel al llegar a mi lado. Mis ojos siguen fijos en Caleb un poco más, echando al fondo de mi mente todo lo que sucedió.—¿Quieres seguir con el proyecto? —agrega apoyándose en el casillero de al lado.

—Lo siento, papá viene por mi temprano y... no puedo hoy. ¿Quizá mañana? —Esbozo una sonrisa dudosa al cerrar mi casillero. 

Golpeo el aza de mi mochila con nerviosismo.

—Okay, si... —musita y sus iris verdes bajan al suelo por unos segundos, moja sus labios y vuelve a mirarme, tan fijamente que me pone nerviosa y desvío la mirada—. Mia me contó que se fue con su madre.

Yo asiento y veo mis pies jugando con la línea del suelo.

—Noah me contó que viste a tu hermano —comento en voz baja. 

Vuelvo mi mirada a la de él, esta se ilumina de nuevo y su sonrisa muestra ambos hoyuelos en sus mejillas.

—Sí, vino de la universidad. Solo pasamos un rato los dos, hacia mucho que no lo veía, además de en navidad y cosas del estilo.

Asiento con una pequeña sonrisa. Mi celular comienza a sonar, le dedico una sonrisa y él hace un gesto restándole importancia.

—Papá. ¿Está todo bien?

La respiración agitada de mi padre suena al otro lado de la llamada, junto a algo que creo que son sollozos y una mujer hablando.

—Perdón por no ir por ti, hija, sucedió... Sucedió algo.

La preocupación sube hasta mi pecho y me ataca ahí, mi mente ve demasiados escenarios antes de formular la siguiente pregunta.

—¿Qué pasó? ¿Están todos bien?

Samuel se altera a mi lado, su ceño se frunce preguntando. Yo solo presto atención a las siguientes palabras de mi padre.

—Salimos a pasear a Lila, la llevábamos con correa... pero un idiota se metió en sentido contrario y... —no completa la frase, suelta un suspiro lleno de dolor e incluso creo que está llorando.

Mis manos comienzan a temblar y la sensación de asfixia comienza a crecer en mi pecho.

—¿Está todo bien? ¿Pecas? —musita Samuel a mi lado, toma mi mano y la expresión de preocupación en su rostro se intensifica.

Sola #1 [✓]Where stories live. Discover now