Capítulo 10

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Me levanto con toda la tranquilidad del mundo por primera vez esta semana, sin necesidad de correr y hacer las cosas rápido medio dormida. Hasta me da tiempo a desayunar junto a los mellizos antes de que un vehículo toque su bocina en la entrada.

Ayer le di a Samuel mi ubicación, después de agradecerle unas cincuenta y siete veces por lo que haría por mí. 

—Me voy —les digo a mis hermanos. Aprieto la mejilla de Dylan con una mano y la de Jake con la otra. Mamá me echa un vistazo antes de que abra la puerta y salga por esta. La camioneta de Samuel está estacionada al frente, y él camina hasta ponerse enfrente mía. 

—Hola —dice sonriendo. Sí, incluso a estas horas de la mañana sonríe tan amplio y cálido. 

—Hola —musito devolviéndole el saludo. 

Samuel abre la puerta y entro en el interior, a los pocos segundos el ya está a mi lado. 

—Gracias de nuevo. 

Samuel me sonríe y hace un gesto restándole importancia. Enciende el auto y comienza a avanzar. Sus ojos verdes brillan al verme abrir un paquete de galletas. 

—¿Quieres? —le ofrezco. El asiente con el rostro iluminado. 

—Son mis favoritas —dice con la boca llena al verme mirarlo. 

—¿Emperador de limón? —cuestiono alzando una ceja. Él asiente mientras sigue masticando—. Son buenas pero hay mejores. 

Samuel frunce el ceño muy indignado por mi comentario. 

—¿Cómo cuáles? 

—Las príncipe. 

Samuel se indigna aún más. 

—Son buenas pero no las mejores —replica—. Team Emperador de limón siempre.

—Pues ya se cómo pagarte el favor, tengo un montón de estás en casa ya que a papá le encanta comprar cosas innecesarias en oferta. —Suelto una risa e introduzco una galleta en mi boca. 

—Eso estaría muy bien, no me quejaría —dice divertido. Saco una galleta del paquete y se la ofrezco, él inclina la cabeza y la toma con sus dientes. 

—¿Puedo poner música? 

—Eh, sí —respondo con obviedad—. Es tu auto. 

—Ya, pero como tienes mal gusto... pensé que quizás no te agrade mi gran repertorio de canciones. 

Lo fulmino con la mirada y él suelta una risa ruidosa, justo como siempre hace. Su mano viaja hasta su celular teclea algunas cosas en la pantalla para conectarlo con la camioneta, después me lo tiende a mí. 

—Pon lo que tú quieras. 

Yo niego con la cabeza. 

—Veremos que tan buen gusto tienes tú. Lo pondré en aleatorio. 

Samuel aprieta los labios y asiente confiado. Entro en su aplicación de música y eso hago.

Comienza a sonar Someone to you— BANNERS. 

Samuel extiende su mano para subirle el volumen. Quizá tiene una canción buena entre muchas malas, así que lo tomo como que tuvo suerte. Samuel comienza a cantar, sin importarle nada, ni mi presencia ni las miradas de los otros autos, y es que es una buena canción, así que yo también lo hago. 

Ambos cantamos mientras veo los árboles, edificios y personas pasar. El cielo está de un azul muy intenso y lindo con un par de nubes. Y disfruto de su compañía durante todo el camino hasta la escuela. 

Sola #1 [✓]Where stories live. Discover now