Capítulo 21

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-¿Por cuánto tiempo?

-Tres días.

Yo asiento lentamente jugando con el tenedor en mi comida, odio que me pase esto, pierdo el apetito cuando comienzo a sentirme mal otra vez.

-Volveré el lunes -agrega Mia esbozando una pequeña sonrisa.

-¿Y para que quiere que vayas?, si comienza a ser grosera contigo...

-Sé que lo hará -me interrumpe-. Pero al menos podré decirle bastantes cosas a la cara y si este es su intento por enmendar sus errores que lo haga, porque me merezco una buena madre no una homofóbica.

Vuelvo a asentir dejando el tenedor sobre el plato.

-¿Le contarás sobre Angie?

Automáticamente sus mejillas toman un color carmesí, me gusta verla feliz.

-Quizá, no lo sé. Depende de que actitud tenga ahora. -Sonríe de lado y su mirada se pierde por unos segundos.

-Irá bien, y sino sabes que no la necesitas. Eres la mejor persona que conozco, la más alegre, educada, inteligente y capaz, y no la necesitaste para serlo. Eres increíble. -Formo una sonrisa con mis labios y aprieto su mano por encima de la mesa.

-Parece como si estuvieras despidiéndote tú o como si me fuera a ir durante años. -Sus ojos se cristalizan y comienzo a acariciar su mano-. Gracias, Alex.

No hay momento en el que más me sienta culpable que cuando le miento a Mia, que cuando sé que le hago daño, cuando ella siente que debe de cuidarme, de ver cómo estoy y evitar que vuelva a deprimirme. Ella es la que menos se merece esto y estoy segura de que nunca me perdonaré por el daño que voy a hacerle y el que ya le hice anteriormente con toda mi mierda. Ella estuvo ahí esperando a que saliera de la clínica psiquiátrica, estuvo ahí para recibir la llamada de papá diciéndole que había intentado suicidarme, ha estado ahí en cada golpe y la he lastimado mucho.

Espero que pueda ser feliz, que sus días brillen mucho más de lo que ella misma lo hace y que encuentre estabilidad en su vida, con las personas que quiere y no con las que le hacen daño. Mia merece muchas cosas lindas como su corazón, es por eso que he dejado de contarle cosas, le he ocultado muchas otras, porque quiero dejar de llenarla con mis problemas, quiero que sea feliz y por alguna razón me siento un peso para ella.

Me será más fácil en estos tres días en los que no estará, no tendré que alejarme a la fuerza y sentirme culpable por ello.

⋆ ˚。⋆ ˚。⋆

Me siento acariciando el césped con mis manos, es raro que Samuel no esté aquí, sigo con eso de alejarme de él, en este preciso momento no sé dónde está pero seguro bien porque está lejos de mi.

Intento estabilizar mi respiración, sintiendo la brisa golpeando mi rostro, moviendo mi cabello y llenándome de frescura. Empiezo a soltar mis manos las cuales estaban aferradas a sí mismas haciendo que mis uñas se claven en mis palmas.

-Hola, Alex.

Alzo la vista y Noah me sonríe, la brisa mueve ligeramente su cabello rubio.

-Hola -musito y le regalo una pequeña sonrisa.

Noah se sienta a mi lado y deja su mochila empujándola con sus pies, del interior saca una libreta y vuelve a cerrarla.

-Quizá suene raro pero... ¿Puedo dibujarte? -Esboza una sonrisa tímida y golpea su lápiz contra el papel esperando mi respuesta. Yo asiento y eso hace que su sonrisa crezca-. Puedes quedarte así, no importa si te mueves, tampoco es que sea un experto en esto.

Sola #1 [✓]Where stories live. Discover now