amantes legendarios

741 55 16
                                    

- Pasaron varios años hasta que la pareja decidió concebir a su primer hijo. Mi hermano, Elodías. Poco después, nací yo, y, luego mi hermana Sarah.- el anciano sonreía y los niños alrededor, sentados en medio círculo, escuchando sus historias, no podían cerrar su boca del asombro.

- ¿Ellos ya murieron?- una niña levantaba su mano para preguntar y el hombre asentía, sonriente.

- ¿Cómo eran ellos?- preguntaba casi en un susurro un chico tímido.

- Mis padres… Eran muy bellos. Mi padre era infantil, pero en los momentos malos, era responsable. Mi madre, al revés, podría parecer alguien bastante seria, pero en realidad le encantaba reír.- recordaba como algo que pasó hace mucho tiempo.

- Si tu madre era una diosa, ¿por qué murió?- preguntaba otro.

- Ella quiso morir.- la respuesta sorprendió mucho más a su público de corta edad.- Mi padre murió como un mortal y ella no quería vivir más, creía que ya había hecho suficiente en su vida, había sido feliz y había hecho al resto del mundo feliz, al menos, lo mejor que pudo. Ahora ambas tumbas yacen juntas en lo alto del monte de Nirvana. Aún así, ella no murió del todo, su gran ojo sigue velando por nuestra seguridad, como la gran madre tierra.

- Seguro que te cuida, pero tú no haces lo mismo por ti, viejo.- una adolescente con una capa morada y un gorro puntiagudo se acercaba al grupo con sus manos en jarras. El anciano palideció.

- Bryanna… ¿Vienes a escuchar?- él sabía de más que no.

- Abuelo, te tienes que tomar la medicación hoy sí o sí.- ella levantó el gorro que le quedaba algo grande para mirarlo desafiante.

- ¡Pero si estoy genial!- empezó a toser y los niños se alejaban porque tenían miedo de la chica.

- Llevas un mes resfriado porque exactamente no cumples con la medicación… ¡Hoy es la Noche Sagrada y hará mucho más frío! Si quieres seguir contando tus cuentos por ahí, en vez de pasarte los días y las noches en cama, tómate la poción.- ella extendía un vaso de cerámica gordo con un mejunje verde con bastante mala pinta.

- ¡Jovencita! ¡No son cuentos, más respeto!- volvía a toser.

- Lo que sean, viejo. ¡Sólo tómatela! ¡No te cuesta nada!- ella arrugaba sus cejas, haciendo que sus ojos morados se vieran más enfurecidos. Entonces, el anciano empezó a correr a paso de caracol, aunque al menos, lo intentaba.

- ¡No! ¡Está asquerosa! ¡Casi vomito no más verla!- la chica pelinegra suspiró y de un simple movimiento de dedos, el hombre era lanzado hacia atrás hasta volver a estar cerca de su nieta, flotando en el aire para que no pudiera escapar.- ¡No utilices a los espíritus del viento para estas cosas, señorita!

- ¡Si no actuaras como un niño pequeño no tendría que hacerlo! Verdaderamente la estupidez de esta familia corre por los genes… Espero no ser así de molesta cuando sea mayor.- volvió a acercarle la medicina.- Tómatela ya, pesado.

- Eres igual que tu tía…- él hacía una mueca de asco al recordar a su hermana, una antigua médica del pueblo, ya jubilada.- ¿Hacemos un trato? Me tomo esa poción engendrada por demonios y tú me acompañas esta tarde al monte.- sonreía como si tuviera las de ganar.

- Que seas viejo no quiere decir que seas sabio. No sólo te vas a tomar la de hoy, sino todas las que te toquen, no te puedes escaquear, ya sabes cómo son las promesas en esta familia.- ella sonrió victoriosa, mientras el mayor suspiraba.- Lo tomas o lo dejas, Judeau.

Legendary Lovers (Griffith × OC) [Berserk] Where stories live. Discover now