noche sagrada

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Ella comía con sus manos, sus movimientos eran elegantes, pero devoraba la carne como si no hubiera un mañana. Literalmente se había llegado milenios sin poder saborear nada, desde que vivió como una humana, no había disfrutado de una comida mundana. Parecía que incluso se le saltaban las lágrimas. La gente la miraba, Schierke no había soltado palabra desde que la vio llegar, sólo la observaba como si fuera un fósil antiguo, con la boca abierta y sin poder parpadear. Hasta que no paró de estar tan necesitada, no se relajó, pegó un buen mordisco a la pata de cordero y miró a su alrededor. El resto de la mesa la miraba y dejó la comida en el plato, Griffith, se estaba sentado a su lado, soltó una risilla al verla confundida y con la boca llena de salsa.

- ¿Por qué no coméis? Está muy bueno.- Bryn arrugó sus cejas.

- ¿Cómo? ¿Cómo lo hiciste? ¿Cómo volviste?- la cara de la bruja seguía igual.

- Me encantaría no tener que explicar nada relacionado con magia ni Dioses durante una noche, ¿puede ser? Podéis tratarme como si fuera alguien a quién veis por primera vez en vuestra vida…- se chupaba los dedos y Schierke soltó una carcajada asintiendo, realmente estaba feliz.

La banda entonces dejó la tensión de lado y por fin, empezaron a tragar, aunque, alguien ya había empezado hace tiempo junto con Bryn, el pequeño Puck se había puesto como una bola y yacía medio dormido en un plato vacío. El albino paró para visualizar aquello, todos juntos, de nuevo, disfrutando de la tranquilidad de una vida sin ataduras. Giró un poco su cabeza y la observó a ella, seguía comiendo como loca y eso le hizo sonreír, se veía muy linda así. Le habían dejado una capa negra para que se tapara un poco más, ya que aquel vestido negro, se veía fresco. Su escote era demasiado grande, podría enfermar en una noche tan fría como La Noche Sagrada. En la cual, espíritus malignos, revoloteaban el cielo, siendo capturados y purificados, el viento era prominente y esa noche no sólo era conocida cómo un tiempo feliz, sino también pasional. Por el frío, las parejas dormían más juntas, buscando el calor en los cuerpos de sus amantes y personas queridas, muchos bebés se concebían en esa noche, era casi una tradición.  

- ¿Qué quieres hacer esta noche?- casi soltó él sin pensarlo, susurrándole a la chica de cerca.

- ¿Eh?- casi se ahoga con la sopa por el tan inesperado acercamiento de Griffith.

- Antes de que aparecieras, pensaba quedarme en mi alcoba, leyendo y escribiendo. Pero si quieres, podemos hacer otra cosa. ¿Es una noche importante para ti, no?- él sonreía un poco inocente, confundiéndola.

- No lo es tanto, es más, estoy harta de ella, es la primera vez que no me encargaré personalmente de combatir ningún espíritu. Casca me invitó a dormir con ella, en su habitación, junto con Farnesse y Schierke, pero si vais a hacer algo divertido, llamadme.- apartó su mirada, algo sonrojada.- ¿Qué escribes?

- Es bastante personal, pero si vienes conmigo, podrás leer un poco.- sonrió de lado.

Ella le devolvió la sonrisa y la tímida mirada, había pasado tanto tiempo, que ni se acordaba cómo era el chico antes de que todo sucediera. Él era coqueto por naturaleza, pero también se comportaba como un niño y era a la vez de inteligente, algo ingenuo y torpe. En realidad se moría de ganas de pasar la noche con Griffith, aunque fuera sólo leyendo y escribiendo tal y como él decía, quería mirarlo hasta quedarse dormida. Pero no sabía cómo decirle a Casca, quien estaba muy contenta de pasar una noche con ella, que quería irse con el capitán. Quién diría que, después de millones de años, sus instintos adolescentes, todavía vivían en su cuerpo. Suspiró, metiéndose una papa en la boca.

Legendary Lovers (Griffith × OC) [Berserk] Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ