A 1080 kilómetros por hora [Impactos #1]

Capítulo 11

Emma

Llevamos ya un mes de carrera, hoy ha empezado octubre y he hecho un examen de la asignatura de guion que creo que me ha salido bastante bien. Hace poco presenté el guion de la asignatura de proyectos y el profesor le dio el visto bueno a mi grupo y mañana por tarde tenemos que hacer el casting a los alumnos de la escuela actores.

Estoy muy a gusto con todos sorprendentemente con Lucas también, últimamente está más agradable, más como en verano, más él.

Lucas y yo tenemos varias cosas que hablar, pero supongo que al no estar incómodos el uno con el otro no tenemos prisa en hacerlo. Últimamente, pasamos bastante tiempo en grupo, sobre todo los fines de semana, y también tengo momentos a solas con Lucas a parte de en las clases que compartimos. Por ejemplo, siempre me lleva y me trae de FV para que no tenga que coger el transporte público o volver caminando.

A parte del tema Lucas, Austin y yo nos hemos vuelto muy buenos amigos, me trata genial y es un cielo de persona, aunque también he visto que trata de acercarse bastante a Kayla, creo que le atrae bastante. No puedo estar más feliz con ellos, todos nos llevamos súper bien y todos los momentos que podemos pasar juntos los aprovechamos para hacerlo.

En la comida, mientras disfruto del plato que nos ha preparado Zach, recibo una llamada de mi madre.

—Hola mami —digo al descolgar el teléfono.

—Hola cielo ¿te pillo en mal momento? —me pregunta.

—Bueno, ahora mismo estoy comiendo, no te preocupes dime.

—¿Hacéis algo esta tarde?

—¿Quiénes?

—Todos, las chicas y los chicos con los que compartes cuarto.

—Yo no tengo nada que hacer, ¿vosotros tenéis que hacer algo? —les pregunto a los demás, ellos niegan con la cabeza.

—¿Y bien? —pregunta mi madre.

—No, no tienen nada que hacer ¿por? —pregunto con curiosidad.

—De acuerdo, os espero a las cuatro en casa, os quiero aquí a los seis, a ver si conozco a los dos chicos que aún no he visto que ya toca.

—¿Pero mamá, para que quieres que vayamos? —los demás me miran con curiosidad.

—Venid y lo veréis.

—De acuerdo, pues hasta luego mami—me despido.

—Hasta luego cielo.

Yo sigo comiendo y los demás me miran fijamente esperando a que les diga algo.

—¿Qué te ha dicho? —me insiste Austin con la boca llena.

—Al parecer a las cuatro tenemos que estar todos en mi casa —me encojo de hombros.

—¿Nosotros también? —pregunta Zach señalándose a él y a sus dos hermanos.

—Si, vosotros también, mi madre os quiere conocer.

—Pues habrá que ir ¿no? —añade Austin.

—¿Estarán tus hermanos? —me pregunta Vee.

—Blake no lo sé y Hannah a no ser que haya quedado con sus amigas estará seguro.

Dicho y hecho, acabamos de comer y a las cuatro vamos a casa de mis padres. Vamos todos en el Jeep y al ser seis Kayla se sienta sobre mí. Si algún policía nos hubiese visto se nos hubiese caído el pelo, pero he guiado a Lucas por callecitas para no encontrarnos con ningún agente.

Bajamos del coche y algo aparece corriendo por el costado de mi casa, es Delta, debía estar en el patio trasero y ha venido corriendo al escucharnos y olernos. Se lanza sobre mi y yo la acaricio y la achucho como si llevase años sin verla, después de lamerme la cara empieza a ladrarles a Austin y a Zach.