Amor en Navidad (#1 Corazón de Navidad)

🎄Capítulo 20🎄

—Eres la mejor jodida fantasía que nunca imagine —abre la puerta de la habitación.

—Te quiero como a nadie he podido querer —respondo cuando me deja en la cama lentamente, frenando el frenesí que experimentamos desde que subíamos por el ascensor del edificio.

Volvemos a besarnos con pasión, lujuria y deseo. Nada ni nadie podrá interrumpir el momento que tenemos, apague los móviles cuando veníamos para acá. La ropa va desapareciendo lentamente con cada prenda que va desapareciendo el deposita varios besos en mi boca, cuello, clavícula y pechos a los que por cierto les da más atención.

Creo que comienzo a sentir celos de mis propias tetas, pensaran que somos mejores amigas de la vida, pero en estos momentos no quiero que sean solo ellas, yo también merezco algo de atención, mis labios exigen su furia bestial al besarme.

—Hey, yo también quiero mimos —reclamo trayéndolo a mi boca.

Me besa con dulzura y yo abro las piernas al sentir sus manos recorrer el largo de mis piernas, el cómo aprieta mis muslos con fuerza, el cómo encaja su pelvis contra la mía, marcando su erección en mi humedad.

Sus dedos llegan a mis bragas donde las baja tocando mi intimidad provocando que suelte un coro de jadeos muy cerca de su oído. Mueve la cabeza de su miembro entre mis pliegues avivando las ganas, me muerde la línea de la mandíbula y me abro dando paso al primer empellón que no deja espacio entre los dos.

Mete sus manos bajo mi espalda mientras su falo entra y sale de mi interior con arremetidas intensas con gimoteos para él. Lo abrazo con las piernas y él jadea para mi golpeando mi coño una y otra vez. Busco su cuello para marcarlo prendiéndome de este cuando me corro. Las piernas las mantengo abiertas para él recibiendo la oleada de fluidos que suelta sobre mi coño bañando mi clítoris.

Sonrió como tonta nuevamente cuando se aparte de mi encima, pero la borro al instante cuando me acuerdo que Dafne quedo en volver a llamarme. Me quito la sabana y me pongo de pie, pero él me sujeta impidiendo que camine.

—¿A dónde vas así? —pregunta mirándome.

Sigo desnuda, pero eso no me importa cuando tengo una llamada pendiente con una niña de tres años.

—Por el móvil, Dafne quedo en volver a llamar —respondo soltándome de su mano.

Llego a la sala donde encuentro el bolso que arroje al piso al llegar aquí. Tomo el móvil y regreso a la habitación.

Enciendo el aparato y varias llamadas de Alice, Mara e incluso Becca aparecen en la pantalla, se las muestro a Axel, pero no alcanza a decirme lo que sea que quiera decirme al recibir una llamada de Alice.

—Hola —respondo tranquilizando mi respiración.

—Derín, por fin contestas, estuve a punto de llamar a Axel —me giro a ver al castaño que sonríe como tonto tomando mi mano y comenzando a plantar besos.

—El teléfono estaba apagado y no me di cuenta —respondo cuando llega a mi hombro el cual muerde.

—Vale, te paso a Dafne que quiere hablar contigo antes de irse a dormir —hay una pequeña pausa para que Dafne lo tome—. Derín, ¿Estas con papi? —pregunta y yo me giro a su padre apartándolo de mi cuello donde dejaba pequeños besos, le muestro el teléfono y él lo toma.

—¿Qué pasa princesa? —responde cuando yo me poso a horcadas en su cintura.

Es momento de darle cariñitos mientras él responde la llamada.

—No pequeña no podremos llegar a casa —responde cuando plato besos en su pecho y comienzo a bajar—. Claro que te queremos... No estoy enojado contigo —gruñe cuando llego a su pelvis— Mañana regresaremos al rancho —llego a su erección y la meto a mi boca saboreándola mientras él suelta un gruñido—. No pasa nada pequeña, solo tratan de molestar, pero no te preocupes yo resuelvo el problemita —responde tomando mi cabeza con su otra mano enterrándome más en su erección.