🎄Capítulo 5🎄

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01 diciembre

Derín

El padre de Dafne se quedó un rato más con la pequeña. Al llegar la noche ya habían leído más de tres libros, en el ultimo la pequeña me unió a ellos. Me acerqué a ella y la senté en mis piernas mientras nos leía el libro a su padre y a mí.

Los ojos de la pequeña se comenzaron a cerrar después de que cenara en compañía de su padre, espere que llegara a su habitación para poder arroparla. También esperaba que él no se marchara justo después de dejarla en su habitación. Necesito hablar con el sobre cómo será mi estadía aquí y también quiero aclarar lo que sucedió en el bar.

Coloco mi mano en el apagador de la habitación y segundos después salgo de la habitación sintiendo el cuerpo de su padre detrás de mí.

—Podemos hablar —menciono cerrando la puerta.

—Y de qué piensa hablar conmigo señorita Derín —responde remarcando mi nombre.

Paso saliva al pensar que subestimé que él no recordara que le mentí diciéndole otro nombre.

—Es sobre cuál será mi estadía en esta casa —respondo tratando que mi voz no suene tan frágil, pero creo que no lo logre.

—Que mi madre no le dio todas las indicaciones esta mañana —pregunta dándose la media vuelta.

Camina por el pasillo.

—No pudo explicarme esa parte, la cocinera fue la que hablo conmigo, diciendo que yo tendría que quedarme aquí —respondo detrás de él.

—Efectivamente señorita, es la responsable de mi hija a partir de este día, quiero que este pendiente de ella y si tenerla en esta casa con ella es obligatorio lo tendrá que hacer —responde deteniéndose en una puerta—. Alguna duda que tenga que resolver —se gira hacia mí, antes de abrir la puerta.

—Quiero hablar... —entra en la habitación y por instinto yo hago mismo—Quiero hablar sobre lo sucedido en el bar —respondo con evidente nerviosismo de que puedan escuchar sobre nuestro encuentro hace unos días.

—¿Y qué me va a explicar? —pregunta— Me va a decir porque cambio su nombre cuando la conocí en aquel lugar —menciona y el movimiento que hace a continuación me deja sin palabras.

El castaño se levanta la playera para quitársela y mostrarme su muy bien trabajado cuerpo. Termina de sacarse la playera y le doy una vista rápida a su escultural cuerpo, de abajo para arriba.

Mis ojos llegan a sus labios y una sensación extraña recorre mi cuerpo al recordar que esos labios ya estuvieron prendidos de mi piel. Miro a sus ojos y él se encuentra con la ceja levantada y una sonrisa socarrona. Aparto mi vista a un lado.

—Me decía señorita —pregunta y giro hacia otro lado, apartando la vista de esos ojos hipnotizadores y escultural cuerpo.

Mis mejillas comienzan a calentarse y de seguro deben de estar rojas de la vergüenza, o eso quiero creer y no porque me haya puesto nerviosa por el movimiento que hizo.

—Podemos hablar afuera, no quisiera que alguna de las personas que viven en esta casa escuchen lo que le quiero decir —respondo girando hacia él.

Se ha puesto una nueva camisa.

Ahora ya lo puedo volver a ver a su cara.

—Le recuerdo que las personas que viven en esta casa son mi madre, mi hermana y mi hija.

—Lo tengo muy presente, por eso quiero hablar afuera para que ninguna de ellas se entere que ambos ya nos conocíamos.

—Está bien, la espero en quince minutos en el patio trasero —responde y yo salgo de la alcoba.

Amor en Navidad (#1 Corazón de Navidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora