🎄Capítulo 4🎄

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01 diciembre

Derín

—¡¿Qué está pasando aquí?! — hablan detrás de mí y yo no me muevo de mi lugar, siento como mi respiración se comienza a detener.

—Nada, Becca—responde la pequeña.

Giro mi cuerpo para ver a la persona y encuentro a una mujer rubia de ojos verdes y cabello rizado, vistiendo un conjunto rosa, parece toda una ejecutiva dando su primera entrevista.

La mujer deja las bolsas de colores que carga y toma a la pequeña en sus brazos.

—Daf, que te he dicho sobre entrar a mi habitación —la chica baja a la pequeña.

La pequeña no responde solo sonríe abrazando a la mujer.

—¡Oh! No sabía que era tu habitación, de haberlo sabido no hubiera dejado que lo hiciera —menciono cuando salgo del asombro.

—No te preocupes, Soy Becca, conozco a mi sobrina y sé que, aunque la hayas detenido, ella encontraría la forma de entrar —responde ella.

—Sí, es muy persistente con lo que quiere, soy Derín —menciono.

—Es muy parecida a su padre —responde y las tres salimos de la habitación—. Dafne, tenemos que volver hablar con tu padre.

—Le dirás que entre a tu habitación si permiso —se preocupa la pequeña.

—Vamos a tener que resolver algunos pendientes que quedaron de la reunión pasada —explica su tía.

—Si no dices nada, le puedo pedir a papá que te compre una barra de chocolate —negocia la pequeña.

—¡Oh pequeña! No intentes comprarme con chocolates, la vez pasada no funciono y no puedo comer chocolate —nos acercamos a las escaleras.

—¿Por qué no puedes comer chocolate? —pisamos el primer escalón.

—Si como chocolate como yo quisiera, el día de la boda no entraría en mi vestido de novia —explica nuevamente su tía.

—Pero puedes comer uno, nosotros guardaremos tu secreto ¿verdad Derín? —me pregunta la pequeña de ojos azules cuando pisamos el último escalón.

—Claro pequeña —respondo tomando su mano— Vamos a lavar tus manos, ya es hora de la comida.

La tía de la pequeña se dirige a la cocina mientras con la pequeña entramos al baño para que lave sus manos.

—Podemos comer el postre primero —menciona cuando salimos del baño.

—Suena tentadora la idea, pero primero tienes que comer tu comida para cuando llegue el postre lo puedas disfrutar, no has escuchado la frase que lo mejor se hace esperar —menciono.

Entramos a la cocina y la tía de la pequeña ya la espera sentada en su lugar. La pequeña rubia toma asiento junto a su tía y yo me quedo parada a su lado.

—¿Cuándo visitaremos a Jena? —pregunta.

—Primero hay que hablar con Jena y después con tu padre —responde su tía y yo me siento tonta al no saber de qué hablan.

—Ya quiero conocer a su bebé —responde ilusionada.

—Aún falta para conocerlo, pequeña —la mujer de la cocina se acerca a la pequeña y le entrega un plato con su comida.

—Me podrías explicar de qué hablan, si no me escucho como una chismosa —menciono captando la atención de la rubia.

—Perdona, Jena es mi cuñada, la esposa de mi hermano mayor, ella está embarazada y está a unos pocos días de dar a luz —responde aclarando mi duda.

Amor en Navidad (#1 Corazón de Navidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora