Capítulo 36: Mujer mía

7.5K 484 320
                                    


ADVERTENCIA: CAPÍTULO CON UN POCO DE CONTENIDO +18

🍷🥀🍷

CAPITULO 36: MUJER MÍA

DANIELA WEMBLEY

A lo largo de mi vida, o bueno... Desde el momento en donde empecé a tener relaciones serias con personas, desde mi primer novio hasta mi última novia, nunca he sido precisamente cariñosa, pero eso no significa que sea alguien insensible al apego o a las demostraciones.

La declaración, y aún si la dejamos de lado, la forma en que soy con Kathleen es completamente diferente a como he sido con mis anteriores novias.

Me gusta tomar la mano de quien es mi pareja, y creo que no es un delito.

Así que sin pensarlo mucho, tomo la mano de Kathleen quien camina a mi lado, mi movimiento hace que se detenga y la miro confundida, sin embargo, no puedo llegar a preguntar porque ella suelta mi mano de forma violenta y creo ver que tiembla lo que me tiene tratando de conseguir contexto.

¿Qué?

Creo que más allá del bloqueo o del desprecio hacia mi acto, me siento avergonzada y hace mucho que no me sentía así. Siento mis orejas calentarse, y me alegra que mi cabello esté suelto y las tape. No me imagino qué cara tengo en este momento.

─Ven. ─pide, pero en este momento, solo tengo ganas de huir y voy a admitirlo, hasta de llorar y ella parece querer llorar, pero yo también, así que decido evitar seguir viéndola.

La sigo hasta lo que parece ser un armario de cosas perdidas.

Ella entra y espera a que lo haga, pero no quiero.

No... no me siento cómoda.

─Yo... ─empieza, pero suspira. ─Lo siento, solo... han estado pasando cosas conmigo y... necesito tiempo para...

¿Necesita qué?

─Y espacio.

Acaba de despreciar mi gesto y me pide ¿Qué?

Creo que mi sangre se calienta un poco y reconozco esa sensación de molestia que no sé controlar.

Las últimos días, Kathleen Myers me ha bloqueado de la universidad, evitando siempre hasta mi toque más inocente, mi mirada, hasta el simple hecho de tratar de desayunar juntas. Ha estado rara, y no sé a qué rayos se encuentra jugando.

Estábamos bien y luego mal. No entiendo nada. 

Ahora necesita espacio y tiempo.

Bien, pues te daré tu espacio y tu tiempo.

Cuadro mis hombros y asiento, tomando mi celular y restando importancia al asunto.

─Ok. ─respondo y doy la vuelta tomando otro camino.

Escucho como me llama, pero en este momento me siento herida y sí... un poco despreciada.

Así que prefiero alejarme, no quiero ser esa persona que la presione, entiendo el que ella no se sienta cómoda, lo entiendo, lo comprendo, pero eso no significa que esto no me haga sentir mal.

Siento que soy su secretito de Estado o tal vez no sea eso, pero si no me dice nada ¿Cómo se supone que la entienda?

Las clases siguen su normalidad a lo largo del día, y en la salida, doy la vuelta a la universidad para no encontrarmela y cuando mi teléfono suena anunciando su mensaje, me hago la que no veo nada y sigo mi camino a mi terapia.

Beso sabor a tequila [1]Where stories live. Discover now