Amor en Navidad (#1 Corazón de Navidad)

🎄Capítulo 5🎄

Exhalo cuando el hombre cierra la puerta de la habitación, sentí que me iba a morir ahí adentro. Solo quiero disculparme por a verlo engañado, lo quiero hacer para que no haya ningún impedimento a la hora de trabajar.

Tampoco quiero que piense que soy una cualquiera que se enreda con cualquier hombre que se le acerca, no me educaron de esa manera y quiero dejarlo claro, antes de que piense horrores sobre mí.

Regreso a mi alcoba donde deje la chamarra con la que llegue y me la pongo antes de irme a enfrentarlo.

Tengo que hablar con él para que mañana me dé permiso de ir al departamento e ir a buscar un poco de ropa.

Bajo las escaleras con sumo cuidado de no despertar a nadie.

La cocina es la única forma de llegar al patio trasero sin que me descubran. No quiero que su madre o hermana nos vean hablando y piensen cosas que no son.

Mi móvil timbra en la parte trasera de mi pantalón y lo tomo para responder, es Selene, me doy un golpe mentalmente porque no la llame en todo el día para decirle que me quede con el trabajo.

«Que mala amiga que soy» Nunca me acorde de llamarla y supongo que ahora debe de estar preocupada. Le doy responder.

—¡Derín! Por fin respondes, ¿Dónde estás ahora? ¡Te estuve llamando desde hace un rato! —me reclama del otro lado.

—Lo siento Selene, no puedo hablar en este momento, te regreso la llamada en un rato —respondo antes de colgar.

Llego al jardín trasero, pero el castaño aún no ha llegado. Tomo asiento.

Miro al cielo y las estrellas son apenas unos puntos que se pueden observar, cuando era niña y vivía con mi tía por las noches me gustaba salir y ver las estrellas, tenía una casa de verano en el campo y era cuando más podía apreciarlas. A veces me quedaba dormida en medio del campo. Mi padre me tomaba en brazos y me depositaba en mi cama donde no sabía cómo llegaba aquel lugar, hasta que una noche fingí quedarme dormida y descubrí que él me llevaba a la cama y me arropaba dejando un beso en mi frente.

Sonrió al recordar esos años que jamás volverán.

—Perdón por la tardanza —hablan y me enderezo— Dafne salía de su habitación cuando venía para acá.

—No hay problema, miraba las estrellas —respondo y el hombre se sienta a mi izquierda.

—Ahora si me pude decir lo que tenga que decirme, no tengo mucho tiempo, tengo cosas por hacer —responde.

Me giro para verlo a los ojos y vea que me arrepiento de mentirle.

—Quiero disculparme por mentirle la noche del bar —menciono.

—Puedes hablarme de tú, creo que después de esa noche ya hay la suficiente confianza —responde rascando su barba.

Mi cuerpo se siente extraño al escuchar aquellas palabras y siento como se comienza a calentar.

—No me parece correcto llamarlo de esa manera frente a su madre, hija y hermana —respondo desviando la mirada evitando lo que mi cuerpo comienza a experimentar.

—Y a mí tampoco se me hace "correcto" llamarla de usted cuando ni siquiera eres tan grande y pasamos por lo que pasamos —responde tomando mi rostro para que lo vuelva a ver.

Contemplo sus ojos color esmeralda y otro recuerdo que compartimos juntos llega a mí.

Entrabamos a su departamento, la puerta no la podía abrir ya que ambos estábamos tan ebrios y mis manos recorriendo su cuerpo era otro impedimento más. Compartíamos risas de borrachos. Apenas la puerta fue abierta, cerramos con un golpe, él se encargó de quitarme el vestido y voltearme a la puerta donde me susurro unas palabras que me calentaron más de lo que ya estaba.