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Ya ha pasado una semana desde que con Emma encontramos a su posible padre, pero la comunicación con él ha sido un poco difícil, ya que no ha respondido el correo ni las llamadas, lo que ha provocado que la chica mantenga su nerviosismo, el cual ha...

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Ya ha pasado una semana desde que con Emma encontramos a su posible padre, pero la comunicación con él ha sido un poco difícil, ya que no ha respondido el correo ni las llamadas, lo que ha provocado que la chica mantenga su nerviosismo, el cual ha cargado durante toda la semana. El mundo sigue normal a su alrededor, sin embargo, yo soy capaz de notar ese cambio en ella.

—Vamos a desayunar —me dice Clemente.

Me quedé en el salón junto a él, ya que estaba haciendo una rápida llamada, mientras que Alan estaba muy hambriento para esperarnos. Tomamos nuestro desayuno y vamos a la mesa. Ver el rostro de Ava clavado en mí ya se me ha hecho costumbre esta última semana, así que sólo la ignoro. Cada vez que ella habla yo me mantengo al margen y viceversa.

—Deja de mirarlo —Clemente se burla de Alan —¿Estás pensando que darle en San Valentín?

—No lo miro a él —el rubio voltea los ojos —Es solo que nunca había visto esa mezcla en la mesa.

—Tu chico, la castaña, la rubia de Bruno y el de rizos ¿Qué tiene de raro? —pregunta Clemente —¿No se supone que son compañeros?

Sin disimulo me giro a mirar a la mesa de la que hablan, ya que se me hace extraño que Emma esté aquí durante el desayuno y no en el salón de música, pero lo que más me molesta es que esté aquí con él, después de que yo le insistí toda la semana que desayunara conmigo.

—¿Estás celoso? —le pregunto a Alan con una sonrisa burlona, intentando ocultar mi molestia.

—¿Estás celoso? —me pregunta él fruncido su ceño.

—¿De qué? —arqueo una ceja —¿De las vibras artistas de la mesa? —me río —paso. Prefiero el fútbol.

—¿Podrían dejar de hablar de esa mesa? —murmura Ava con la mirada clavada en su desayuno.

—Al fin coincidimos en algo —digo sin expresión alguna, porque no quiero que piense que estamos bien.

—Vale, pero ¿Qué pasa si el 50% de la mesa viene acá? —murmura Clemente.

Evito girar mi cabeza y me meto un poco de cereal a la boca, para mantenerme concentrado en ello.

—¿Podemos hablar? —escucho la voz de un chico. El chico de la guitarra.

—Claro —dice Alan intentando ocultar su entusiasmo.

Miro de reojo y veo a Fallon despedirse del chico de la guitarra y caminar en dirección a la salida, lo que deja en claro que Emma se quedó con el de rizos.

—Voy al baño —me levanto de la mesa con mis cosas para dejarlas en el lugar donde están las cosas sucias.

Meto mis manos en el agua helada y las dejo por bastante tiempo ahí, para que se congelen y no puedan moverse por unos segundos, al punto de sentir dificultad para cortar el agua.

Las Notas De Bruno #2 Where stories live. Discover now