Las hojas en blanco eran mi refugio, dejar mis pensamientos a través de las letras me mantenía cuerdo por la vida. Las notas de Bruno eran mi verdadero yo, sin embargo, de un momento a otro ella comenzó a llenar mis hojas en blanco con su sonrisa, p...
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—Bruno —dice el entrenador a mitad de pasillo.
—Dígame, entrenador.
—Tu profesor de matemáticas conversó conmigo —merda —Y me dijo que tus calificaciones no han subido ¿Es verdad?
—Es verdad —le respondo.
—Por ahora no hay castigo —apoya su mano en mi hombro —pero sabes que como somos parte de los dos finalistas, tenemos un lugar asegurado para ir jugar contra el mejor equipo de las otras ciudades —asiento —Si el siguiente semestre no mejoras en matemáticas, no habrá más equipo de fútbol ¿De acuerdo?
—De acuerdo.
—Nos vemos, Andreotti.
—Adiós, entrenador —me despido, para luego acercarme a mis amigos que me miran de manera curiosa, pero no me esfuerzo en abrir la boca.
Nos sentamos en la banca junto a la pileta y la conversa gira en torno a que se acercan las vacaciones.
Por mi parte, año por medio me voy a Italia en vacaciones de invierno, mientras que en verano voy todos los años. Cuando era más pequeño, mamá iba conmigo y se quedaba a vacacionar, pero ahora que ya sé cuidarme un poco mejor, ella se queda enfocada en su trabajo.
—¿Qué harás tú para navidad? —me pregunta Ava.
—Viene de visita mi tía —me encojo de hombros. —Así que seré un guía de turismo.
—¿Emilie? —pregunta Clemente.
—Es su única tía —dice Alan volteando los ojos —¿Por qué siempre preguntas lo obvio?
—Soy distraído —se queja Clemente —Mejor hablemos de año nuevo.
—Las fiestas en casa de Willy me dan un poco de miedo —dice Ava —¿Por qué no pudo ser en la tuya? —le pregunta a Clemente.
—Siempre es en mi casa—responde él —Hay que innovar un poco.
—Solo espero que la noche esté despejada —dice Alan —Quiero ver como amanece.
—Mantengan alejado a Clemente del alcohol —me río —No quiero que nos diga cuánto nos ama cada 5 segundos.
—Yo no actúo así cuando estoy bebiendo —se queja el mencionado.
—Claro que sí —dice Ava riendo —Ahora que eres un chico soltero, creo que estarás más cariñoso con tus amigos.
Luego del día en que Clemente me fue a dejar a casa, porque mi mamá estaba enferma, se encontró a Luciana esperándolo fuera de su casa y al fin tomó la decisión de terminar con ella. Nunca estuvo enamorado de ella, además de que la chica parecía un pegote molesto que quería consumir todo el tiempo libre del chico.
Oficialmente somos 4 amigos solteros disfrutando de la vida, aunque Alan no tiene muchas ganas de ser parte del grupo de solteros, ya que últimamente se queda mirando al chico de la guitarra sin descaro alguno.
