Las hojas en blanco eran mi refugio, dejar mis pensamientos a través de las letras me mantenía cuerdo por la vida. Las notas de Bruno eran mi verdadero yo, sin embargo, de un momento a otro ella comenzó a llenar mis hojas en blanco con su sonrisa, p...
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El día viernes al fin llegó y no tengo nada interesante que hacer con mi vida. Clemente y Ava se siguen evitando, por lo cual no podemos pasar una noche de amigos, además de que Alan dijo que estaría con su chico ensayando algunas canciones, ya que están como pareja en una actividad de taller de música. Eso me lleva a preguntar con quién estará trabajando Emma.
Bruno: Hola, Campanita.
Emma: ¿Acaso nopuedesvivir sin mí? ¿Qué quieres?
Bruno: Quería preguntar con quién trabajas en taller.
Emma: No me esperaba eso, pero con una chica de primer año. Ella canta, yo toco. Algo muy simple.
Bruno: ¿Qué hacesahora?
Emma: Temo que si te lo digo, no dejarás de pensar en mí durante toda la noche.
Bruno: Siento que intentas coquetear conmigo. Y sabesque soy curioso, además, necesitomás motivos parapensar en ti.
Emma: Estoy probandoque tal me quedael regalo de Danna. Decidídarle la oportunidaddespués de tanto tiempo guardado.
Bruno: ¿El de cumpleaños?
Emma: Ese mismo. No sé cómo conoce la talla de mi ropa interior.
Y puede que ella haya tenido razón en lo que decía, y ahora me quitará el sueño intentar imaginar cómo se vería tan solo cubriendo lo necesario.
Llámenme hormonal, pero ¿Acaso nunca han fantaseado con descubrir que hay bajo de la ropa de quien les gusta?
Emma es bastante reservada en ese sentido, lo que en cierto punto lo vuelve más atractivo para mí, ya que intenta jugar con mi mente y mi cuerpo, para luego mostrar esa faceta tan angelical dejándome en una constante fantasía.
Recibo una foto en la que solo se ve parte de su hombro y un tirante negro. El negro en su piel pálida queda perfecto.
Miro una vez más la pantalla del celular, pero no respondo. Me pongo de pie y tomo mis llaves junto a mi sudadera para salir a paso veloz del departamento.
