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Abro mis ojos y miro a mi lado el cuerpo recostado de Ava, con su espalda desnuda

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Abro mis ojos y miro a mi lado el cuerpo recostado de Ava, con su espalda desnuda. Paso las manos por mi rostro y suelto un bufido casi inaudible para evitar despertar a la chica que hay junto a mí.

Salgo a medio vestir de la habitación de la casa de Clemente y me muevo en completo silencio. Termino de vestirme en lo que camino a la salida, encontrándome a algunas personas dormidas por el lugar.

El auto de Alan sigue afuera, lo que significa que está aquí, pero no quiero arriesgarme a encontrarme frente a frente con Ava, para evitar todo tipo de problemas. Le escribo a mi amigo diciendo que voy a casa y que mi bolso quedó en la parte trasera de su auto.

Al entrar al departamento, mi mamá está tomando desayuno, mientras escucha una lista de reproducción que escucha cada vez que está sola. Lo sé porque la encuentro escuchando eso cuando llego a casa después de pasar la noche con uno de los chicos.

—Hola —la saludo.

—Hola, bebé —detiene la música —¿Qué tal tu noche?

—Como toda noche de fiesta —me encojo de hombros —¿Cómo terminabas tú tus noches de fiesta?

—Riéndome de Dooley —niega con una sonrisa —El rey de los retos.

—¿Te besuqueabas con chicos?

—No te hablaré de eso.

Mi mamá tiene bastante confianza al momento de conversar conmigo, me responde todo lo que le pregunto respecto a su adolescencia. Pero omite algunas cosas, así si meto la pata no podré sacarle en cara nada, aunque si sé cuando fue el día que decidió crearme, no iba a perderme esa historia, por muy extraño que fuera escuchar como mi mamá narraba el sexo con Dylan. Aunque debo admitir que ese día le puse un poco de alcohol a su bebida y por eso accedió a hablar.

—¡Vamos, mamá!

—No.

—No seas mala —le hago un puchero —cuéntame si eras una chica mala.

—¿Qué ganas con eso? —arquea una ceja.

—Sabes que me gusta escucharte hablar de tus experiencias —le quito el trozo de tostada que tiene en su mano.

—Está bien —voltea los ojos—deja pensar en algo.

—¿Qué tal una fiesta con noche apasionada? —muevo mis cejas.

—Que odioso eres —murmura —ya no te contaré nada.

—Cuéntame algo —insisto.

—Mejor ve a darte una ducha —pone mala cara —y ordena el desorden de ropa que dejaste ayer antes de salir.

—Está bien, odiosa —le doy un beso en la mejilla y me voy por ropa limpia a mi habitación.

Saco mi celular del bolsillo y bajo a un chat que solo tiene dos mensajes, un tonto saludo y una ubicación.

Las Notas De Bruno #2 Место, где живут истории. Откройте их для себя