T1 | Capítulo 31

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Estuve ansiosa durante todo el viaje. Recree en mi mente, ene mil escenario donde les contaba la verdad a sus padres y claro, no podía faltar el escenario donde me arrojaban agua en el rostro o tiraban de mi cabello. Debía comenzar a ver menos dramas coreanos.

Al llegar a Daegu hice el mismo recorrido que había hecho con Yoon Gi la primera vez para hacer la primera parada en la repostería y compre un postre para no llegar con las manos vacías, y mucho menos cuando mis intenciones eran disculparme.

Sucedió lo mismo que cuando iba a hablar con los chicos. Mientras caminaba en dirección al restaurante me iba armado de valor pensando en las palabras adecuadas con las que debería empezar la conversación. Seguramente estarían sorprendidos de verme sin Yoon Gi e incluso era posible que me tomaran por impertinente, y es que las diferencias culturales aún eran un choque para mí, pero nada perdía con intentarlo. Ya estaba ahí, no perdía nada con intentar.

A esa hora el restaurante estaba abierto para desayunos y comidas de media mañana. Me encontraba de pie viendo a través de la ventana. Los padres de Yoon Gi estaban en el interior, la mujer estaba en la caja y él atendía una de las mesas cercanas a la puerta. Dudé un poco pero cualquier temor desapareció cuando mis ojos se encontraron con los del señor Min. Sentí una extraña calidez cuando me sonrió, tenía la misma sonrisa que su hijo menor.

Sentí que me congelaba en mi sitio cuando el señor Min abrió la puerta del restaurante. Consideré la idea de huir en ese momento pero prácticamente era imposible.

— ¿Qué haces ahí parada? Entra... —Me invitó con una amable sonrisa. Sostuvo la puerta para mí y se hizo a un lado para dejarme pasar.

— ¡Señor Min! ¿Cómo ha estado? ¿Y la señora Min?—Me apresuré a saludar cuando al fin reaccioné haciendo una reverencia, una que él imitó.

— Todo ha estado bien desde la última vez... ¿Vienes sola? —Preguntó mirando por encima de mi hombro, tal vez esperando que su hijo apareciera en algún momento, más no hizo expresión alguna cuando le explique que estaba sola ya que Yoon Gi estaba ocupado con las promociones. — Bueno, eso no es mucha sorpresa... Siempre es así luego de un comeback, y recién está empezando, en unas semanas será hasta difícil hablarle. —Respondió indicándome el camino hacia la caja registradora donde su esposa atendía a una pareja que pagaba por su cuenta. — ¡Cariño, mira quien está aquí!

La mujer reaccionó un poco más sorprendida que su esposo, pero aun así no dudó ni un segundo en salir de atrás de la caja para ir a saludarme afectuosamente. Ella no se contuvo al momento de abrazarme dejándome completamente sorprendida, sentía que a partir de ese momento las cosas serían un poco difíciles para mí.

— ¿Por qué estás sola aquí? ¿Yoon Gi no pudo acompañarte? —Preguntó ella luego de que cruzáramos algunas palaras de saludo por cordialidad. — ¿Él está bien? —Ahora parecía preocupada, de algún modo ella sintió que venían las malas noticias.

— Él está bien, ha estado trabajando bastante. —Reconocí dedicándole una pequeña sonrisa al tiempo que levantaba el postre para enseñárselos. — Tenía un poco de tiempo y quería saludarlos. Sé que Yoon Gi no vendrá en un tiempo por las promociones, y...

— Eso es muy considerado de tu parte... —Murmuró ella con una cálida sonrisa. —Siempre serás bienvenida.

Los señores Min cerraron el restaurante luego de que los últimos clientes salieran del establecimiento para así darles tiempo a los encargados de la cocina para prepararse antes de reabrir a la hora del almuerzo.

Los tres nos sentamos en unas mesas y la señora Min dejó tres pequeños platos con cucharas para servir del postre que había traído para compartir. Se veía muy animada a diferencia de su esposo que mantenía su expresión neutral, se podría decir que de ahí había heredado Yoon Gi su carácter y expresiones. ¿Cómo sería entonces su hermano mayor?

Somos una mentira | Min Yoon GiWhere stories live. Discover now