El coleccionista de historias

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Un astronauta sin nombre

No hay gente buena que quiera dibujar su nombre junto al tuyo en un corazón.
Miss Caffeina

Mamá, por favor déjale, por tu bien, es lo mejor

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Mamá, por favor déjale, por tu bien, es lo mejor. Mamá, ¿qué no ves en lo te ha convertido? ¿en lo que nos ha convertido? Mamá, somos hoy apenas dos extrañas que se sonríen y se preguntan "¿cómo está todo?" con tal de entablar conversación. Mamá, por lo que más quieras en el mundo - que dices que soy yo - déjale. Mamá, podemos sobrevivir sin él, sin sus maltratos y sus prohibiciones. Mamá, somos más fuertes que eso, mamá, la felicidad no es un planeta gigante...

Mi nombre es...bueno, no importa, y soy abogado de lunes a viernes y coleccionista de vidas a tiempo parcial. No soy perfecto. He visto al mundo en su más absoluto estado de decadencia y putrefacción, lo he mirado a los ojos y me ha preguntado con cara de cínico "¿Qué hay de viejo, nuevo?" y le he dicho "Todo" y he aprendido a mirarlo con frialdad y de lejos, como miras al padrastro que te busca tu madre cuando estás en plena adolescencia.
He visto a las personas tropezar y las he enseñado a tropezar con más fuerza aun, pues solo cayendo mil veces aprendes a levantarte una.
Malcolm creía que podría arreglar el espacio solo con su buena voluntad; que con un par de ladrillos rotos y un cemento caduco iba a conseguir reparar lo que hace tiempo destruyeron tres presidentes y quince diputados; que con su seriedad iba a hacer que el humor negro dejase de existir.
¡Y Ad! ¡Era tan gracioso! En parte era tierno verlo sentado esperando a que las personas entendieran que Dios solo hay uno. Nunca he tenido fe en Dios; sé que hay que creer en algo, pero prefiero que ese "algo" sea demostrable.
Y Ocho...Ocho no sabía que era infinito, y que cuando dos personas se quieren, no importa si los dos son negativos o positivos porque esa ley de que los polos iguales se repelen solo es aplicable a la física; que cuando dos personas se quieren no importa la intención de un tercero porque en el cuarto (creciente) no se admite a quien le busque una quinta pata al gato.
Ella es mi preferida: una Luna que se avergonzaba de sus fases, que aprendió a quererse en su cuarto menguante, en sus días crecientes, en su sala llena de atriles desbaratados y con cortina nueva. Luna que aprendió a no esconderse entre las nubes y dejar que su belleza acompañase a las estrellas.
Lash, a quien las comedias silentes de Chaplin siguen sin darle ni puñetera gracia, por fin supo entender que el estridente sonido del mundo exterior en verdad está de más porque, el amor no es ciego como todos dicen, el amor es sordo.
Y aunque muchos creen que desean ser como Luz y atraer los focos de todo el universo, aprendí que cada astronauta tiene que lidiar con demonios internos, pero que las personas de las que se esperan grandes cosas, son las que más fuerte tienen que golpearlos.
Que ser mujer puede convertirse en una condición degradante para los espíritus que no conocen aun la naturaleza de la fortaleza femenina, pero Felicidad ha sido una de las tantas astronautas que han hecho posible que comprendamos que no es un motivo de debilidad ni de vergüenza.
Que la dependencia no lleva a nada bueno, o al menos en el caso de Domingo, que hay que saber cuándo parar, que hay que sobreponernos y demostrar nuestra supremacía como especies dominantes a aquellas sustancias que algunas ocasiones quieren hacerse con el control.
Que la sabiduría y la inteligencia son seres distintos pero que vienen de un mismo planeta, que son vecinos pero no homólogos, que Apocalipsis no sabe escribir su nombre pero sabe demostrarlo con pruebas concluyentes.
Que los errores de nuestro pasado nos han traído hasta donde estamos pero no nos hacen quienes somos, que son simples naipes que nos son útiles a la hora de construirnos pero que el castillo solo puede ser edificado por la mano de su arquitecto. Lunes aprendió a pensar antes de actuar impulsivamente.
Eleven comprendió que lo prohibido es más sano, y además más sencillo de lo que parece, que lo único que lo limitaba era la fina línea que separa a lo moral de la dicha.
Heaven supo que la gravedad no perdona a soñadores.
Sexo...orgasmos y felicidad...en esta historia ya está todo dicho.
Sol conoció que vivir es más que respirar, que vivir (de verdad) es más que no morirse.
Que el Destino hace unos malabares muy pero que muy jodidos; que puedes estar suspendido en el aire o puedes ser ese planeta que está en sus manos, pero solo por un intervalo de tiempo mínimo.
Boom aprendió que el hacedor de vidas también puede ser injusto, es, a fin de cuentas, un astronauta más, ¿qué se puede esperar de él?
Lluvia y Estrella, lluvia de estrellas, cada una con sus demonios, y sus colisiones internas...
Amber y su burbuja de aire, su vida se resume a soledad.
Django y el desengaño ante la realidad era inevitable.
Y Uno, cuya vida sin Carrie es un drama de los '90, de esos que siempre odió. Pro siempre sabrá algo que a sus nietos se les escapa: la relación entre un casette y un bolígrafo.
Pero la vida en esta galaxia y en la próxima, es una guerra continua, y Saturno lo ha comprobado por sí mismo.
Sombra, que el que calla no siempre otorga, que la soledad más profunda se siente cuando tienes tanto por dentro que no puedes decir por a miedo de cómo va a ser recibido.
Que un poco de C(c)aos nunca viene mal; que si el universo está patas pa'arriba es porque lo estamos mirando mal, porque el universo es arte y hay que saberlo apreciar; de derecha a izquierda, de arriba hacia abajo y de costado, y que el futbol también es arte, ¡solo hay que ver los pases de Mascerano!
Butterfly, que todos sabemos sobre tu estupenda relación con Sexo en tu tiempo libre y que no le cobrabas porque echaba unos polvos de puta madre ¡¿Qué digo de puta madre?! Unos polvos...¡estelares!
Que cuando ya has tocado fondo, no hay manera de subir, solo tocaste fondo y punto, y coma, que hay que saber decir "basta", que es tan importante como saber decir "no" o "sí (quiero)" ¿cierto, Stephen?
Mi historia no es muy diferente a las anteriores, está atada a ellas por algunos puntos que las unen como en la teoría de grafos, esa que sirve para poder hacer converger las esquinas sin volver a pasar por encima con el lápi
en una vida y que no me apetece ser más. Ahora sé que lo que antes llamaba instinto era en realidad inseguridad retocada de cobardía. No soy perfecto, soy una vida, un astronauta más que se merece una nueva oportunidad; y es que ya se ha dicho con anterioridad: que se choque con la primera piedra el que nunca haya tropezado.

SOY. EXISTO. SIENTO. VIBRO. AMO. Mi preferencia sexual, el color de mi piel, mis creencias religiosas, mis imperfecciones, mis discapacidades, mi manera de ser, mis gustos, mis limitaciones, mis errores, mis decisiones, mis enfermedades, mis dependencias, mis patrones de conducta, mis debilidades no han de ser blanco de insultos y discriminación. Que seamos diferentes no quiere decir que uno sea mejor que el otro y viceversa.
TODOS NO SOMOS IGUALES. El calibre de una persona está determinado por el grado de respeto que es capaz de mostrar hacia los demás. Cuando entendamos eso muchas puertas se abrirán con destino a la libertad, el bienestar y el respeto mutuo. A fin de cuentas, no somos tan diferentes del espacio porque lo - ¿único? - que separa a la Tierra del espacio es la ausencia de cadenas. Bueno, eso, y las estrellas fugaces.

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⏰ Last updated: Sep 18, 2021 ⏰

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Lo que separa a la Tierra del espacioWhere stories live. Discover now