Sexo y los polvos estelares

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Mientras tanto en la La Tierra, Sexo intentaba no claudicar...

Lo de mirarnos está muy bien pero yo quiero que me toques.
Miss Caffeina

Sexo sabía que conquistar a Butterfly no sería una tarea sencilla, a pesar de los comentarios que se formulaban a su alrededor y de que las malas lenguas la tildaban de chica fácil

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Sexo sabía que conquistar a Butterfly no sería una tarea sencilla, a pesar de los comentarios que se formulaban a su alrededor y de que las malas lenguas la tildaban de chica fácil. Sabía que el infinito se quedaría corto si se dedicaba a contar la cantidad de años luz que le llevaba alcanzarle.
Sexo no era el más adecuado para levantar la autoestima de Butterfly, y el mayor de sus defectos era siempre un impedimento para mantener una relación duradera con cualquiera de los astronautas que se proponía. Además, Sexo sabía que a los astronautas promedio les costaba hablar sobre él y comprenderlo, que lo asociaban con el vicio y con las malas costumbres. Sabía que en la Tierra decir "sexo" era pensar inmediatamente en polvos fugaces y en bolas de fuego (y calor), fáciles de disipar y Sexo comprendía que para ellos no era sencillo de asimilar pero esperaba que algún día ocurriera.
Creía que al final alguien entendería que todo eso no era más que una cortina de humo para ocultar que detrás de esa atmósfera pecaminosa había un astronauta que era capaz de sentir de a de veras efectos mariposa, que no era solo un destello de pasión que acababa con la fusión de dos cuerpos y punto, que el suyo no era un amor cometa, que no era una ráfaga veloz de desorden y alboroto, sino una explosión enorme de consecuencias increíbles.
Fue entonces cuando Sexo comenzó a escribir en las nubes una especie de carta, como uno de esos anuncios de publicidad subliminal que flotan en forma de cartel en la cola de los aeroplanos, pero más sincero. Tenía la esperanza de que sus argumentos convencieran a Butterfly.
<<La felicidad es como un orgasmo ¿sabes?- escribió con sentimiento indeleble- En un momento la tienes, y en otro pues, ya no la tienes más. Y cuando la tienes desearías tenerla siempre-desearías venir(te) siempre aunque sabes que se tiene que ir. Pero aun así la disfrutas sin importar cuanto dure porque la felicidad/el orgasmo es siempre bienvenida/o.
Ah, pero si la felicidad fuera un orgasmo, entonces no sería un orgasmo cualquiera, sino que sería un orgasmo femenino. De esos que todas pueden fingir, pero solo quien lo haya experimentado de veras, aunque sea una sola vez en la vida, sabe fingirlo verdaderamente bien.
Porque la felicidad es un orgasmo efímero y difícil de alcanzar y no todos son capaces de llegar a ella/él. En el fondo creo que es por eso que lo/la disfrutamos tanto.>>
Sexo quería, necesitaba hacerle saber que no quería solo un polvo, que más bien quería un soplo de todo lo que viniese de ella, y que se viniese, pero con amor. Y regalarle la felicidad en pequeños frascos de luna llena.
Y que su amor iba más allá de lo que le habían inculcado, porque- no sé si lo han notado hasta este momento, pero Sexo es un poco idealista- él no era de los que se inclinaba a cambiar a Romeo y Julieta por unos tal "Hardin y Tessa". Sexo pensaba que el exceso de oxígeno a aquellos terrícolas los estaba dejando mal de la cabeza. Sexo necesitaba una aspiradora de esas que prometían eliminar todo el polvo con solo una pasada, y ya de pasada hacerla olvidar los malos momentos que el sexo le había tatuado en la piel.
Sexo estaba cansado de que las personas lo echaran a un lado y le restaran importancia cuando no querían compromisos y lo minimizaban diciendo "es solo sexo", como si con esa frase pudieran borrar los placeres de una noche llena de polvos estelares.

Lo que separa a la Tierra del espacioWhere stories live. Discover now