-¡Ahora voy Takeomi! -El chico grito a su amigo. -Creo que te llaman, así que te dejaré. -La chica sonrió. -Uhm, bueno, un gusto conocerte, Nisha. -El chico le devolvió la sonrisa. -Igualmente, Senju. -La chica vio detrás del hombro de Senju y se dio cuenta de que Ran llegaba.
Se despidió con la mano de Senju y pasó pue su lado, lanzándose al de trenzas.
-Me tenias muy preocupado nena. -El chico le miraba. -Lo siento Hanii, olvide avisar. -Se rascón la nuca.
Senju les veía, mientras Takeomi iba por su hermano y al darse cuenta de que miraba a algún punto fijo también miró hacia allá.
El albino y el de cicatriz les miraban.
-Nahoya estaba como loco buscándote. -Rió. -Dios, me va a pegar una regañada cuando lleguemos. -La chica le siguió la risa y el de trenzas agarró su mano.
La chica se soltó y el mayor le miró confundido.
-Sigue caminando, espera. -Dijo volteando hacia atrás y despidiéndose con la mano, siendo devuelto el gesto.
Ran iba un poco más adelante que ella, por lo que agarró impulso y saltó a la espalda del mayor, siendo rápidamente agarrada de los muslos por el mayor.
Todo esto con la finalidad de que no se cayese.
Iban en dirección a la casa cuando Nahoya corría hacia ellos.
Rápidamente la fémina se cubrió la cabeza, donde lamentablemente alcanzó a recibir un golpe.
-Ouch. -Se sobo, mirando mal a su primo. -No vuelvas a salir sin avisar, me lleve un susto gigante. -El chico advirtió mientras le apuntaba. -Bien, bien. -Levantó las manos en son de paz.
El peli naranja asintió y comenzó a caminar con ellos, entre pláticas y risas por parte de los 3.
Hasta el momento, Ran y Nahoya se llevaban bien o eso aparentaban con la chica, por lo que estaba realmente más tranquila sabiendo que se agradaban entre los dos.
Ya que los dos iban y van a ser componentes importantes en su vida, además de Souta y Rindō.
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Unas horas habían pasado desde que habían llegado a la casa y la chica estaba aburrida mientras Emma y Hina veían una película.
Simplemente volvió a querer salir a caminar, así que se puso los tenis, agarró sus audífonos y su teléfono y bajo las escaleras, parando en la puerta.
