Lɪɴᴅᴀs ᴛᴀʀᴅᴇs ᴅᴇ ʟʟᴜᴠɪᴀ 「 Rᴀɴ Hᴀɪᴛᴀɴɪ 」

𝟘𝟛

(Si aparece que volví a actualizar es por que puse la canción que me recordó a la historia, ahora, para quienes apenas leen esto, recomiendo leerlo con la canción.)

11 de diciembre de 2005

En algún momento debían separarse y cortar aquel dulce beso bajo la lluvia ¿no?

Lamentablemente así fue, terminaron separándose, estando ya completamente mojados, pero eso no era importante para ellos en ese momento.

Solo se admiraban el uno al otro, se veían con una sonrisa.

Ran miraba a Nisha como la cosa más tierna que había en el planeta.

Mientras que Nisha miraba a Ran como la cosa más bella.

¿Acaso era posible que se hubieran enamorado en este tiempo que estuvieron juntos?
No era posible ¿o si?

Nisha recordaba haber leído alguna vez que el cerebro solo necesitaba 1.5 segundos para enamorarse, pero ¿será eso cierto?

La fémina intentó restarle importancia a sus pensamientos, mientras se sonrojaba.

No quiso que Ran la viera por milésima vez sonrojada, por lo que agachó la cabeza y abrazó al de trenzas.

El más alto río por la acción de la chica, mientras recogía el paraguas y los cubría de la lluvia, aunque a estas alturas no servía de nada, después de todo, se encontraban mojados.

-C-creo que deberíamos seguir. -La fémina se separó de el larguirucho y le agarro la mano, comenzando a jalarlo para que caminara.
-Bien, bien, voy. -Contestó reafirmando su agarre en la mano de la castaña.

Siguieron caminando por algunos minutos cuando llegaron por fin a casa de la menor.

La chica toco la puerta y su madre abrió, mientras se sorprendía por verlos todos mojados.

-¡Ay! Hija ¿que fue lo que les pasó? Esperen, déjenme traerles unas toallas para que se sequen. -Su madre se encontraba preocupada, no quería que se enfermaran.
-Mamá, es que un carro pasó mojándonos. -Sonrío tiernamente a su madre. -Oh, mamá, el es Ran, hermano de mi compañero Rindō, que no pudo venir. -Explicó presentando al mayor.
-Mucho gusto Ran, gracias por traer a Nisha. -La mayor le sonrió al chico, a lo que este asintió.

Su madre fue por unas toallas para ellos mientras Nisha cerraba el paraguas en el techo de entrada y lo recargaba en la pared.

La madre de Nisha llegó y les pasó las toallas, mientras Ran le daba la mochila.

Ya con las toallas los invito a pasar, mientras tiritaban de frío, se quitaron los zapatos y pasaron a aquella casa que se conservaba cálida gracias a la chimenea.

-Ran, no creo que sea bueno que te vayas así, deberías quedarte un rato. -Hablo la madre de Nisha, tenía razón, no podía dejarlo ir así de mojado. -Puedes darte una ducha y te prestaremos ropa de mi esposo que está de viaje, no queremos que te enfermes.
-Gracias señora, disculpe la molestia. -El chico le dio las gracias junto a una sonrisa.
-No tienes que agradecerme, es lo menos que puedo hacer ya que trajiste a Nisha a casa. -Le dijo agradecida. -Anda Nisha, muéstrale el baño. -La mayor le pidió a su hija.