Una vez todos los chicos terminaron de limpiar, todos se sentaron en la mesa, incluidos los 3 del sillón y la pareja.
Todos comenzaron a comer tranquilamente, pan tostado acompañado con huevo estrellado.
Hasta que el chico de lentes hablo.
-¿Saben? -Pausó, provocando que todos en la mesa lo vieran. -Cuando me enteré de que los Kawata tenían una prima no creí que sería tan intimidante. -Miro a la chica, quien estaba apenada. -Es que se ve tan indefensa. -Comentó el chico alto. -Las apariencias engañan, Hanma, Kisaki. -Baji sonreía de lado. -Lo se, pero no creía que tanto. -Volvió a hablar el del mechón rubio. -Ahora lo sabes, Hanma. -Souta se encontraba serio, pero no era como siempre, era como si el chico alto no le terminase de caer bien.
La chica estaba avergonzada.
-Si, bueno, pero ya dejen de hablar de ella. -Ran. -Uy, lo siento, trencitas. -El peli negro le miraba burlón. -¿Cómo? -Una vena resaltaba en su frente, mientras sonreía sádico. -Lo que escúchate, trencitas. -Siguió.
El mayor se levantó de la mesa, amenazante.
La chica no intervendría a menos que pasara algo malo, después de todo, solo se había levantado.
-¿¡Ah!? ¿¡Buscas pelea trencitas!? -Los caninos del peli negro resaltaban al sonreír con una vena en la frente también. -Tu empezaste, imbécil. -Respondió, igual con una vena sobresaliendo. -Y ¿que vas a hacer al respecto? -Estaba provocando al mayor. -Siéntense los dos y cállense, por favor. -Pidió amablemente, más ninguno obedeció.
Chifuyu intentaba calmar al peli negro, más no había resultados.
-Cálmense par de tarados. -Mikey, estaba intentando calmar las aguas. -Si, estamos desayunando, cálmense par de idiotas. -Siguió el chico con el dragón en la sien. -Por favor. -Siguió Nisha.
Realmente ninguno quería ceder pero refunfuñando se sentaron, irónicamente, al mismo tiempo.
-Gracias. -La chica miraba al par.
No hubo respuesta, pero su Hanii le sonrió, así que le dio igual.
Siguieron la comida, en un silencio un tanto incómodo, aunque la fémina estaba siendo observada, y realmente lo sentía.
Aquel sentimiento era tan incomodo.
Aquel chico alto con el mechón rubio la observaba siendo bastante indiscreto.
¿Que es lo que quería de ella?
No lo sabía.
Trataría de ignorarlo mientras no sobrepasase su límite, pero estaba cerca de pasarlo, por lo que realmente se encontraba alerta.
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