Hubo un silencio incómodo mientras el mayor cargaba a la fémina.
Llegaron a un parque, donde el mayor se sentó, recargado en un árbol, aun con la chica en brazos.
-¿Qué pasó allá? -Preguntó mientras recargaba a la fémina en su pecho y acariciaba su cabello. -Mi padre está engañando a mi madre, y yo lo vi en una cafetería besándose con su novia. -Explicó, mientras se relajaba. -Entonces tu viste a tu padre, con una mujer, después de que tú madre te dijera que la estaba engañando. ¿Es así? -Preguntó una vez había entendido. -Si, así fue, pero mi padre piensa que yo le dije a mi madre que la estaba engañando. -Abrazo al chico. -¿Por eso fue que te estaba hostigando? -Se le hacía absurdo. -Sí, fue por que me vio viéndolos. -Fue por ello que te lastimó. -Una vez la chica soltó el abrazo agarró la muñeca de esta y la vio, estaba comenzando a verse más morada que roja.
La chica no sabía que hacer, su padre nunca le había hecho eso en su vida, no se había comportado así con ella en ningún momento, y descubrir que su padre no era como pintaba le dolía.
Más que nada por que no solo la había lastimado a ella, sino también a su madre. A su parecer, su madre no merecía eso.
Se le escaparon unas cuantas lagrimas, mientras seguía recargada en el pecho del mayor.
Su padre de verdad la había lastimado, no quería creerlo, por que su padre siempre había sido un héroe para ella y que ahora no fuera así dolía.
Dolía, por que no la lastimo solo físicamente, también sentimentalmente, y ella, normalmente era demasiado sensible en temas de familia.
El de trenzas se percató de que estaba llorando, el cuerpo de la castaña temblaba, si bien no estaba sollozando, se notaba que lloraba.
Instintivamente la abrazo y dejo que llorara, no todos los días pasaba lo que vivió.
-Ya linda, tranquila. -Acariciaba la espalda de la contraria. -Es que nunca me había tratado así ¿sabes? -Levantó la cabeza y lo veía.
Al muchacho le dolía verla así, con las mejillas y la nariz rojas y las mejillas empapadas, además de aquellos ojos que tanto le gustaban cristalizados.
No le gustaba verla así, le dolía y quemaba su corazón, sus pensamientos se basaban en querer cuidarla y protegerla.
Una vez la fémina se calmó, decidieron regresar a la casa de esta, caminando agarrados de la mano.
Caminaron por algunos minutos y pasaron por los mismos lugares donde hubo conflictos antes.
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