La película había terminado, siendo ya la una de la mañana, con el grupo de chicos aun escuchando música a todo volumen.
En definitiva no podría dormir, pero se imaginaba como su primo Nahoya bailaba.
Quería ir a ver pero se moriría de vergüenza, así que no sabía si hacerlo.
Aun que si iba con cuidado tal vez no la verían y seguirían con lo suyo, aun que había pocas posibilidades, intentaría hacerlo, después de todo, no perdía nada ¿verdad?
Así lo hizo, fue cuidadosamente al pasillo que daba a la sala, llegando a la pared que la escondería de los chicos.
Al llegar vio a Nahoya exactamente como lo había imaginado, mientras se carcajeaba sin cuidado, viendo a todos haciendo tontería y media.
Gracias a sus carcajadas, la descubrieron.
-Oh, carajo. -Iba a comenzar a correr pero agarraron su muñeca. -Está mal espiar a las personas ¿sabes? -Uh, ese tipo llegó a darle miedo, pero luego observo una expresión gentil detrás de ese ceño fruncido. -Uh, lo siento, yo quería hablar con Nahoya pero los ví bailando. -Uso una excusa.
El chico quedó callado, ahora que lo veía bien, parecía un kiwi, pero morado.
-¿Que parezco que? -Preguntó el chico con una expresión divertida. -¿Lo dije en voz alta? -La fémina quedó paralizada. -Así que parezco un kiwi, pero morado. -El chico estaba riendo.
La castaña estaba muerta de vergüenza, no pensó que lo habría dicho en voz alta.
-Bueno, este kiwi morado se llama Mitsuya Takashi. -Reía. -Mucho gusto Mitsuya, soy Nisha, aun que ya debes saberlo. -Dijo con la cabeza gacha, aun estaba muriendo de vergüenza por lo que había pasado hace un momento. Mitsuya soltó la muñeca de la fémina. -Vamos. -Se puso detrás de la chica y la agarró por los hombros para llevarla a la sala.
Llegaron y todos estaban bailando y cantando, junto con la chica aguantando las ganas de reír.
Estaban locos.
Espera.
¿De donde habían sacado un barril de cerveza?
Y ¿por que Baji estaba parado de manos tomando cerveza del barril?
¿Cuando habían traído ese barril y cuando se descontrolo todo?
En cuanto vio a Souta queriendo vomitar fue a socorrerlo.
Lo llevo directo al baño y ahí sucedió la desgracia de que vomito.
Cuando su algodón de azúcar se encontraba mejor, fue a dejarlo a su habitación, además de llevar un vaso con agua por cualquier cosa.
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