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Capitulo 32

Mother In Law

Era un sábado por la mañana

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Era un sábado por la mañana. Algunas pocas semanas habían pasado. Harry estaba duchándose, y Louis preparando el desayuno. 

El ojiazul estaba exprimiendo el limón para el té de Harry, cuando tres golpes en la puerta lo desconcentraron. Louis frunció el ceño. El equipo no podría ser, ellos hubiesen avisado antes de aparecer en su casa, dado que Anne todavía no da rastros de vida. Su hermana estaba de vacaciones en California, así que, muchas opciones de visitantes no le quedaban. 

Antes de abrir la puerta, se dirigió, rápidamente a su habitación y tomó su arma, esta vez, cargándola con balas. Quitó el seguro del arma, al mismo tiempo que giraba la llave en la puerta. Apuntó a la persona detrás de la amplia madera, incluso antes de identificarla. La mujer del otro lado, abrió los ojos como platos y llevó sus manos a la cabeza, asustada, apenas vio la pistola en las manos del ojiazul. Cuando vio quien era, Louis bajó el arma con velocidad y frunció el ceño. 

—¿Mamá?— Johanna suspiró el aire que había contenido.

—¿Así recibes a todos o solo a tu querida madre?— bromeó la mujer, enseñando su dentadura completa en una sonrisa cuando vio a su hijo relajar sus hombros. Louis se hizo a un lado de la puerta, dejándole el camino libre a su madre para pasar.

—Lo lamento, las cosas no están...del todo bien en el trabajo.— explicó el ojiazul mientras Johanna cruzaba la puerta. Ella pasó a la sala, y se quedó parada hasta que su hijo se acercó a ella luego de asegurar la puerta con siete seguros.

—¿Estás metido en algo peligroso, Boo?— preguntó su madre, llamándolo por el apodo que usaba con él desde niño. Louis apretó los labios.

—Nada de que preocuparse, en realidad.— hizo un gesto con sus manos, restándole importancia. — Que grosero...— se criticó a si mismo.— Ven, siéntate, prepararé café.— le indicó a su madre las sillas junto a la mesa, y ella se sentó en una de estas, esperando por su hijo, que estaba a unos pocos metros lejos, en la cocina. Unos pocos minutos después, el ojiazul volvió con tres tazas en la mano; dos de café y una de té. Estaba haciendo su mayor esfuerzo para poder cargarlas todas en sus manos y cuando llegó con las bebidas a la mesa, su madre frunció el ceño. 

—Boo, cariño, solo somos dos, ¿porque tres tazas?— preguntó con cautela su madre. Ya temía que su hijo se estuviera volviendo loco, y es que, se había alejado de tantas personas que quizás ya había empezado a alucinar. Louis abrió la boca para contestar, pero, fue interrumpido por la voz que salía del baño.

—Lou, voy de compras, se ha acabado el desodoran-oh— Harry se interrumpió a si mismo cuando vio a la mujer sentada en la silla con los ojos muy abiertos. El rizado estaba igual o más sorprendido que Johanna y estaba inmóvil en su lugar. Finalmente, Harry salió de su trance y se acercó unos pasos a la mujer.

Lost and found //Larry Stylinson//Where stories live. Discover now